I will wait for you

I will wait for you
"Expectations" - Christophe Vacher

martes, 9 de abril de 2013

"Oh noche oscura, si por vez primera te viera yo venir, ¿no temblaría...?



© Joakim Back - Moon Tree



¿Se apagó esa gran luz?


Leónidas Lamborghini, 
El genio de nuestra raza: las reescrituras de Leónidas Lamborghini, Buenos Aires, Ediciones Stanton, 2011. Prólogo y edición de Gerardo Jorge)

Nota del editor: 

Reescrituras del soneto "Night and Death" ("Noche y muerte") del poeta anglohispano José María "Blanco White" (1775-1841). Fueron realizadas en el año 1995, publicadas en la revista Diario de Poesía nº 57 (otoño de 1998), y nunca recogidas en libro hasta ahora. La primera de estas versiones, Lamborghini la realizó sin conocer el texto "fuente" de "Blanco White", luego de un llamado telefónico hecho por un integrante de la redacción de Diario de Poesía, convocándolo a participar de un dossier sobre traducción, y "contándole" el argumento del poema por teléfono. 

Lamborghini realizó entonces dos versiones: la primera, improvisando a partir del argumento narrado; y la segunda, cotejando con la materia verbal del original en inglés y de una decena de otras traducciones al español del poema.


Night and Death


José María "Blanco White"
(1928)


Varias versiones


*  José María Blanco Crespo ("Blanco White"), Sevilla, 1775 – Liverpool, 1841), poeta, pensador, teólogo y periodista español. De ascendencia irlandesa, su lírica en castellano puede clasificarse dentro del Prerromanticismo. Destacó como escritor en idioma inglés, con poemas como el soneto Night and Death (1828) que ha tenido numerosas versiones, a lo largo de la historia.


(I Versión de Leónidas Lamborghini)


"¿Se apagó esa gran luz? ¿Volvíame ciego?;
fue tan honda la angustia desatada,
que muy adentro mío oí mi nada
sin consuelo gemir: era mi ruego".

"(Hablo desde ti mismo y no lo niego,
el misterio de hablarte me anonada,
porque es mi voz de Génesis trucada,
de aquel tiempo a este tiempo, sin sosiego)".

"Asomándome, luego, luces en lo alto
vi cambiar; no, esa luz no era la misma,
pero alcanzó a calmar mi sobresalto".

Desde aquel primer mono fue la duda
y el terror de un final que nos abisma::
¿mas no será cual luz que en otra muda?








(II Versión de Leónidas Lamborghini)


¿Se apagó esa gran luz? ¿Volvíame ciego?; 
fue tan feroz la angustia desatada,
que hondo desde la cueva aullé mi nada:
como un loco gemía, era mi ruego.

(Hablo desde tu adentro y no lo niego,
el misterio de oírme me anonada,
porque es mi voz de Génesis trucada,
de aquel tiempo a este tiempo, sin sosiego).

Asomándome, empequeñecidas,
vi en lo alto luces, no la misma,
mas sospeché una argucia repetida.

Desde el principio, entonces, fue la duda,
el engaño, el terror que nos abisma
y que a mi grito el tuyo propio anuda.



Noche y muerte



Extraña noche: cuando el hombre tuvo reporte
De ti, se enteró sin ver, o le fue revelado,
¿No tembló acaso por este dilecto bordado,
Este brillante, y azul, y glorioso soporte?


Pero bajo un velo de rocío, en su transporte,

Por el ardiente fuego del ocaso bañado,
Con la hueste del cielo el gran Héspero ha llegado:
¡Su vista la creación ensancha de sur a norte!


¡Quién iba a sospechar que yaciera oscuridad

Entre tus rayos, Sol! ¡Quién entrever la verdad
oculta en las moscas, los insectos y las hojas,


O la ceguera que en cada orbe nos arrojas!

¡Débil hombre! ¿Por qué enfrentarse a la muerte tienta?
¿No engañará la vida si la luz aparenta?



Segunda versión de Fernando G. Toledo, 2002




* * *




La noche y la muerte


Oh noche oscura, si por vez primera
te viera yo venir, ¿no temblaría,
temiendo que esta clara luz del día,
este milagro azul se deshiciera?

Pero, si ya el lucero reverbera
al caer de la tarde, y la alegría
de mil estrellas nace, ¿negaría
que brilla más la creación entera?

¡Quién hubiera pensado, oh noche oscura,
que le propio Sol pudiera ensombrecerte,
tenerte entre sus rayos escondida!

Eres gloria de paz y de hermosura.
¿Por qué temer, entonces, a la muerte?
Igual que el Sol, ¿nos cegará la vida?



Traducción al español de Esteban Torre

Primer Premio 
en el II Certamen Nacional de Traducción Poética 
(Cáceres, 1988)


* * * 


La noche



Al ver la noche Adán por vez primera

Que iba borrando y apagando el mundo,
Creyó que, al par del astro moribundo,
La Creación agonizaba entera.


Mas luego, al ver lumbrera tras lumbrera

Dulce brotar y hervir en un segundo
Universo sin fin... vuelto en profundo
Pasmo de gratitud, ora y espera.


Un sol velaba mil; fue un nuevo Oriente

su ocaso; y pronto aquella luz dormida
Despertó al mismo Adán, pura y fulgente.


...¿Por qué la muerte al ánimo intimida?

Si así engaña la luz tan dulcemente,
¿Por qué no ha de engañar también la vida?




Versión de Rafael Pombo, antes de 1882




* * *





El sol y la vida



¡Oh noche! Cuando a Adán fue revelado

quién eras, y aun no vista, oyó nombrarte,
¿no temió que enlutase tu estandarte
el bello alcázar de zafir dorado?


Mas ya el celaje etéreo, blanqueado

del rayo occidental, Héspero parte;
su hueste por los cielos se reparte,
y el hombre nuevos mundos ve admirado.


¡Cuánta sombra en tus llamas ocultabas,

oh Sol! ¿Quién acertara, cuando ostenta
la brizna más sutil tu luz mentida,


esos orbes sin fin que nos velabas?

¡Oh mortal! Y ¿el sepulcro te amedrenta?
Si engañó el Sol, ¿no engañara la vida?


Versión de Alberto Lista, 1837








viernes, 5 de abril de 2013

Arte poética: "... como el río interminable que pasa y queda..."

Adam Lack




Arte Poética




Mirar el río hecho de tiempo y agua 
y recordar que el tiempo es otro río, 
saber que nos perdemos como el río 
y que los rostros pasan como el agua. 

Sentir que la vigilia es otro sueño 
que sueña no soñar y que la muerte 
que teme nuestra carne es esa muerte 
de cada noche, que se llama sueño. 

Ver en el día o en el año un símbolo 
de los días del hombre y de sus años, 
convertir el ultraje de los años 
en una música, un rumor y un símbolo, 

ver en la muerte el sueño, en el ocaso 
un triste oro, tal es la poesía 
que es inmortal y pobre. La poesía 
vuelve como la aurora y el ocaso. 

A veces en las tardes una cara 
nos mira desde el fondo de un espejo; 
el arte debe ser como ese espejo 
que nos revela nuestra propia cara. 

Cuentan que Ulises, harto de prodigios, 
lloró de amor al divisar su Itaca 
verde y humilde. El arte es esa Itaca 
de verde eternidad, no de prodigios. 

También es como el río interminable 
que pasa y queda y es cristal de un mismo 
Heráclito inconstante, que es el mismo 
y es otro, como el río interminable.



Jorge Luis Borges
1960



* * *








Créditos:
Poem & Voice | Jorge Luis Borges
Directed, edited and graded by Neels Castillon
Director of Photography | Kévin Michel
Music | Yann Rouquet


La danza de los pájaros





Handmade

(Alt-J, grupo británico)

Your sting red full stops my skin, dotted, scratch scratch, now I'm bleeding.
Legions upon legions of craftsmen handmade my feelings.
There's bears in the wood and they're out to get me,
And I'm safe from harm if I stay in this chalet.
And hold me tight and I'll sink in,
I'm absorbed in your thinking,
And you don't know.
And you don't know.
Your sting red full stops my skin, dotted, scratch scratch, now I'm bleeding.
Legions upon legions of craftsmen handmade my feelings
For you...

Hecho a mano


Su aguijón rojo se detiene por completo en mi piel, cero puntos, cero, ahora estoy sangrando.
Legiones sobre legiones de artesanos hacen a mano mis sentimientos.
Hay osos en el bosque y están en mi contra,
Y estoy seguro de daños si me quedo en este chalet.
Y me abrazas fuerte y voy a hundirme,
Estoy absorto en tus pensamientos,
Y tú no lo sabes.
Y tú no lo sabes.
Su aguijón rojo se detiene por completo en mi piel, cero puntos, cero, ahora estoy sangrando.
Legiones sobre legiones de artesanos hacen a mano mis sentimientos.
Para ti ...







http://vimeo.com/58291553

Créditos:

Directed, edited and graded by Neels CASTILLON
Director of photography: Mathias Touzeris
Music: Hand-made - Alt J
Location: Marseille, France



"... retazos de memoria..."

"La Maison du Passé", 1947 - Clarence John Laughlin


8

Vivimos en muchas casas y dejamos retazos de memoria
en cada una de ellas: un periódico, un libro marcado, un mapa arrugado
de alguna ciudad lejana, un cepillo de dientes olvidado haciendo guardia
en un vaso
-que es también, a su manera, una vela memorial, una luz eterna.

Yehuda Amijai

De sus últimos poemas.

Cuántica

* Fotografía: © Norman Parkinson




6

Recuerdo un problema en un libro de matemáticas
sobre un tren que sale de un lugar A y otro tren
que sale de un lugar B. ¿Dónde se encontrarán?
Nadie preguntaba nunca qué ocurriría entonces:
¿se detendrían, se cruzarían, chocarían?
Ningún problema hablaba de un hombre que sale de A
y una mujer que sale de B. ¿Dónde se encontrarán,
se encontrarán realmente, y durante cuánto tiempo?
Como en aquel libro de matemáticas: por fin he llegado
a las páginas finales que incluyen las respuestas.
Ahí donde estaba prohibido mirar.
Ahora por fin puedo hacerlo. Ahora compruebo
en qué acerté y en qué estaba equivocado,
y sé lo que hice bien, lo que hice mal,
cuanto ya no podré arreglar.


Yehuda Amijai

De sus últimos poemas.


jueves, 4 de abril de 2013

"A veces ¡toda! soy alma; y a veces ¡toda! soy cuerpo."




El cisne



Pupila azul de mi parque
es el sensitivo espejo
de un lago claro, muy claro!…
Tan claro que a veces creo
que en su cristalina página
se imprime mi pensamiento.

Flor del aire, flor del agua,
alma del lago es un cisne
con dos pupilas humanas,
grave y gentil como un príncipe;
alas lirio, remos rosa…
Pico en fuego, cuello triste
y orgulloso, y la blancura
y la suavidad de un cisne…

El ave cándida y grave
tiene un maléfico encanto;
clavel vestido de lirio,
trasciende a llama y milagro!…
Sus alas blancas me turban
como dos cálidos brazos;

ningunos labios ardieron
como su pico en mis manos;
ninguna testa ha caído
tan lánguida en mi regazo;

ninguna carne tan viva
he padecido o gozado:
viborean en sus venas
filtros dos veces humanos!

Del rubí de la lujuria
su testa está coronada:
y va arrastrando el deseo
en una cauda rosada…

Agua le doy en mis manos
y él parece beber fuego,
y yo parezco ofrecerle
todo el vaso de mi cuerpo…

Y vive tanto en mis sueños,
Y ahonda tanto en mi carne,
que a veces pienso si el cisne
con sus dos alas fugaces,

sus raros ojos humanos
y el rojo pico quemante,
es solo un cisne en mi lago
o es en mi vida un amante…

Al margen del lago claro
yo le interrogo en silencio…
y el silencio es una rosa
sobre su pico de fuego…
Pero en su carne me habla
y yo en mi carne le entiendo.

-A veces ¡toda! soy alma;
y a veces ¡toda! soy cuerpo.-
Hunde el pico en mi regazo
y se queda como muerto…

Y en la cristalina página,
en el sensitivo espejo
del algo que algunas veces
refleja mi pensamiento,
¡el cisne asusta, de rojo,
y yo, de blanca, doy miedo!


Delmira Agustini


*  Delmira Agustini (Montevideo, 1886-1914) es una de las poetas más representativas de la poesía hispanoamericana del siglo xx. Admirada por su talento y por la sensualidad de sus versos, la prematura y trágica muerte que hace de ella toda una leyenda, no impidió que se publicaran tres poemarios que llamaron la atención de sus contemporáneos y que desconcertaron a la sociedad uruguaya de su tiempo. Elogiada por Rubén Darío -que escribió el «Pórtico» de su libro Los cálices vacíos, y por otros intelectuales del momento, la retórica modernista en ella va dejando paso a una nueva visión del lenguaje erótico, la del deseo femenino, que chocó con los códigos tradicionales de su entorno y que fue creando una escuela entre las voces femeninas que retoman su legado.

A partir de 1902, a los dieciséis años, empieza a publicar sus primeros poemas en la revista La Alborada. Al año siguiente, esta misma revista la invita a colaborar en una sección que ella misma bautiza con el nombre de «La legión etérea» y que firma con el pseudónimo de Joujou

En 1907 publica su primer poemario, El libro blanco (Frágil) que fue muy bien acogido por la crítica. El éxito literario de Delmira Agustini correrá parejo a la fama de su belleza. 

Aunque su talento fue elogiado, su temática explícitamente erótica no encajaba dentro de los estereotipos femeninos de la época, los cuales enfatizaban el perfil de lo que «tenía» que ser una mujer, especialmente una joven soltera y virgen. Sorprendidos y desconcertados, la mayoría de los críticos intentaron neutralizar su voz, enfocando la atención en su persona -una muchacha físicamente bella- e insistiendo en su aura etérea. De esta forma nació, entre sus contemporáneos, el mito Delmira, uno que incluía tanto a la «niña virginal» como a la «Pitonisa de Eros»; un mito que intentaba explicar «el milagro» de su escritura como producto del instinto, pasando por alto su intelectualidad.

En 1910 publica su segundo libro,Cantos de la mañana

En febrero de 1913 publica su tercer libro de poemas, Los cálices vacíos, poemario más abiertamente erótico que los anteriores, algo que provoca un escándalo social que luego pasa a la murmuración incesante en torno a la joven poeta y su atrevimiento.

En Los cálices vacíos, Delmira anuncia, en una nota «Al lector», que está preparando un nuevo poemario que se titulará Los astros del abismo y el cual considera será «la cúpula» de su obra. Estos poemas, los más oscuros y barrocos, fueron publicados póstumamente en la edición de sus Obras completas de 1924 bajo el título general de «El rosario de Eros».

Después de cinco años de noviazgo, el 14 de agosto de 1913 se casa con Enrique Job Reyes, un año mayor que ella, era, según testimonios, un joven guapo, de figura atlética y talante seguro, pero de una naturaleza emocional un tanto agresiva y sobre todo, alguien acostumbrado a dominar. Posteriormente Delmira reconoce que se casó enamorada de Manuel Ugarte, uno de los testigos de la boda, eso marcó su trágico sino. Delmira abrumada por la "vulgaridad" de su marido, lo abandona al mes y medio de casada y finalmente inaugura la ley de divorcio en Uruguay.

Poco después de la separación, empieza a cartearse intensamente con Ugarte, y el sentimiento de amor se hace cada vez más explícito. En una carta del 9 de marzo de 1914, Ugarte le escribe: «Será vanidad o misterioso presentimiento, pero siempre he pensado que la serpiente ondularía mejor si yo la acariciara. No sea orgullosa y estrechémonos otra vez las manos fuertemente y déjeme que me acerque bien a usted, que la haga crujir apretándola contra mi cuerpo y que ponga al fin en su boca, largo, culpable, inextinguible, el primer beso que siempre nos hemos ofrecido». Ella le responde: «Todavía me dura la embriaguez deliciosa de su última carta. ¿Si le dijera que hoy sufro escribiéndole? Me da miedo de parecer decirle demasiado y siento que todo lo que le diga me parecerá poco. Sin embargo, el deseo intenso, hasta doloroso, de volver a ver su letra, lo vence todo.».

Estando el divorcio en pleno trámite, Delmira empieza a verse en secreto con su todavía marido en las habitaciones que este alquila en un edificio de la calle Andes, 1206. Unos dicen que ella perpetuó la intimidad con la esperanza de que el trámite de divorcio no se viera obstaculizado. Pero el divorcio se falla el 22 de junio de 1914 y ella vuelve a visitarlo el 6 de julio, la fecha fatídica en la que, requerida por su ya ex marido, es asesinada cuando éste le dispara dos tiros a la cabeza y a continuación se suicida, todo en una habitación repleta de fotografías, pinturas y otros objetos de Delmira. Ella tenía 27 años, él tenía 28, ambos de familias acomodadas, por lo que los periódicos llenaron sus páginas con reseñas sensacionalistas.

* Fuente:  



Maxmilian Pirner - Leda



En esta página hay un excelente análisis de este poema:



lunes, 1 de abril de 2013

"... fundido en los colores de la aurora..."

Amanecer desde el Teide - Myriam Guerra




ASÍ —fundido en los colores 
de la aurora
ajustaré en tu dedo 
el anillo de Einstein 
para beberme 
su oscura energía y
repeler la materia como hizo
aquel muchacho 
antiguo —a quien 
conoció Montale 
junto a una roída balaustrada
y que lentamente 
moría sonriendo en las riberas.


© M. V. (“Babel bajo la luna”, 2005)



* Miguel Veyrat,  escritor, periodista y traductor español (Valencia, 1938). Ha publicado numerosos libros de poesía, narrativa, periodismo y ensayo, estos últimos en el marco de su actividad intelectual y docente como conferenciante y profesor fundador de la primera Facultad de Ciencias de la Información del Estado Español en la Universidad Complutense. En 2007 recibe el Premio Stendhal de traducción por su labor.








* * *


He aquí el poema, al que el poeta Miguel Veyrat hace mención en su poema,  confirmando así,  lo que expone en notas,  afortunadamente no prescindidas, al final de su libro “Babel bajo la luna”: 

"Las teselas de otros poetas que aparecen en el adobe de Babelia Liberata, son como el anverso de aquellas que atormentaban la agonía de Virgilio en la inspirada descripción de Hermann  Broch, incrustándose en su mente: El caos demoníaco de cada voz aislada, de cada conocimiento, de cada cosa, le asaltaba ahora… Oh, cada uno está amenazado por las voces indomables y sus tentáculos, por el ramaje de las voces, por las voces de rama que enredándose entre ellas le enredan, que crecen disparadas, cada una por su lado, y volviendo a retorcerse unas en otras, demoníacas en su individualización, voces de segundos, voces de años, voces que se entrelazan en la malla del mundo, en la malla de las edades, incomprensibles e impenetrables en su rugiente mudez. 

En el silencio del conocimiento, las voces que resuenan en nuestra mente aquí, bajo luna, siguen repercutiendo con gran vehemencia hasta ser nuestras en un canon agónico interminable de sentido."  




Riberas


Riberas,
bastan algunos tallos de espadaña
péndulos de un ribazo
sobre el delirio del mar;
o dos camelias pálidas
en los jardines desiertos,
y un rojizo eucalipto que se bañe
entre susurros y locos vuelos
en la luz;
y he aquí que en un instante
invisibles hilos a mí me apresan,
mariposa en tela de araña
temblores de olivo, miradas de girasoles.

Dulce cautividad, hoy, riberas
de quien se entrega casi
a revivir un antiguo juego
nunca olvidado.
Rememoro el acre filtro que ofrecisteis
al confuso adolescente, oh playas:
en las claras mañanas se fundían
dorsos de colinas y cielo; en la arena
de las orillas un amplio batir, uniforme
estremecerse de vidas
una fiebre del mundo; y cada cosa
en sí misma parecía consumarse.

Oh alboroto de aquel tiempo
como el hueso de sepia en las olas
desvanecerse poco a poco;
volverse
un árbol rugoso o una piedra
limada por la mar; fundirse
en los colores de los ocasos; desaparecer carne
para surgir naciente ebria de sol,
por el sol devorada...
                                    Eran éstos,
riberas, los votos del muchacho antiguo
que junto a una roída balaustrada
lentamente moría sonriendo.

Cuánto, mares, estas frías luces
hablan a quien afligido os huía.
Láminas de agua mostrando entre aberturas
frágiles ramajes; rocas oscuras
entre espuma; flechas de vencejos
vagabundos . . .
                        ¡Ah, podía
creeros un día oh tierras,
bellezas funerarias, áureas cornisas
en la agonía de cada ser.
                                        Hoy vuelvo
a vosotras más fuerte, o así lo creo, aunque el corazón
parece desatarse en recuerdos alegres—y atroces.

Triste alma cansada
y tú voluntad nueva que me llamas,
es tiempo quizá de uniros
en un tranquilo puerto de sabiduría.
Y aun llegará un día el convite
de voces de oro, de lisonjas audaces,
alma mía no más dividida. Piensa:
trocar en himno la elegía; rehacerse,
no desfallecer más.
                                Poder
igual que estas ramas
ayer secas y desnudas y hoy llenas
de estremecimientos y linfa,
sentir
mañana también nosotros entre los perfumes y los vientos
un refluir de sueños, un loco urgir
de voces hacia un fin; y en el sol
que os inviste, riberas,
reflorecer!


Eugenio Montale





* Eugenio Montale (Génova, 12 de octubre de 1896 – Milán, 12 de septiembre de 1981), poeta, ensayista y crítico literario y crítico de música italiano. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1975.

Fue un excelente traductor de T.S. Eliot, Jorge GuillenW. Shakespeare, H. Melville, A. Wilson y P. Corneille. En el volumen Sobre la poesía están reunidos todos los ensayos literarios y artículos periodísticos sobre este tema, publicados generalmente en el diario Il Corriere della Sera, de Milán.

Bibliografía del autor:
Ossi di seppia, Ed. Gobetti, Torino, 1925. 
Le occcasioni, Ed. Einaudi, Torino, 1939. 
La bufera e altro, Ed. Neri Pozza, Venezia Satura, Ed. Mondadori, Milano, 1971. 
Diario del ‘71 e del ‘72, Ed. Mondadori, Milano, 1973.
Quaderno di quattro anni, Ed. Mondadori, Milano, 1977.
Tutte le poesie, Ed. Mondadori, Milano, 1977.


*  Fuente: