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"Expectations" - Christophe Vacher

martes, 4 de agosto de 2015

Frédéric François Chopin, poesía en sus manos

Chopin y Liszt me han acompañado desde mi infancia, antes de que leyera a los románticos de la literatura, las notas de los románticos de la música habían penetrado mis sentidos y anidado allí. Chopin es para muchos y para mí, el poeta del piano.



Frédéric François Chopin



Fryderyk Franciszek (en polaco) o Frédéric François Chopin (en francés), este célebre músico y compositor polaco,  hijo de padre francés y madre polaca, nació el 1 de marzo de 1810, (para algunos el  22 de febrero), en la aldea de Zelazowa Wola, cerca de Varsovia.

Hace cinco años el mundo celebró su bicentenario,  con variadas actividades en su memoria.

Sus padres,  Nicolás Chopin y Justina Krzyzanowska también eran músicos,  su madre tocaba piano y su padre flauta y violín.

La familia Chopin se establece en Varsovia, donde Federico, de sólo seis años, comienza sus estudios musicales con el profesor Wojciech Zywny.  A los ocho años dio su primer concierto.  En 1822 continuó estudios con el maestro Jósef Eisner, fundador del Conservatorio de Varsovia.

En su adolescencia pasó largas vacaciones en Dobrzyn,  pequeña aldea de la campiña polaca,  lo que le permitió aprender del folclor polaco,  lo que sería de mucha importancia para su música. Demostró desde pequeño un gran talento para la improvisación. Y quizá el hecho de estar alejado del ámbito académico le permitía experimentar nuevas formas musicales y audaces armonías, progresiones y resoluciones que encajaban más como música de cámara, para ser interpretada en los selectos salones, que en lujosas salas de concierto. Sus ornamentos cortan la regularidad rítmica (rubatos) como consecuencia de utilizar los cinco dedos de la mano y, de esta forma, aumentar la división del compás. Gracias al uso del pedal, sus armonías se vuelven confusas y borrosas, mezclándose unas con otras. 

Su acercamiento al folclor pareciera que lo alejaba de las formas clásicas, pero esa lejanía es más aparente que real. Los expertos destacan la riqueza musical de su obra, su profundidad a la par que su sencillez, y la complejidad de su estructura, su estilo tan característico le hizo afirmar a  Schumann que «Chopin podría publicar cualquier cosa sin firmarla; sus obras siempre se reconocen».

A pesar de algunas voces críticas que se levantan en su contra, Chopin se nos muestra como un excelente compositor; junto con Schumann, el más íntimo de todos los románticos.

De mano de Chopin, las danzas tradicionales polacas como la mazurca y la polonesa se transforman en piezas que todo el mundo ha admirado desde entonces. «Nacido sobre la tierra polaca / resplandezca tu genio por doquier» dice la letra de una canción que el coro de alumnos del Conservatorio de Varsovia, dirigido por el maestro Eisner, le cantó a su partida definitiva de Polonia.

En 1827 rindió homenaje a Mozart con las Variaciones La ci darem la mano para piano y orquesta, a las que Schumann dirigió elogiosos comentarios. La «variación» estuvo muy de moda en el siglo XIX, y cuando en 1831 Chopin pudo conocer en París el gran éxito de Robert le Diable de Meyerbeer, su editor le pidió unas variaciones, que compuso para cello y piano con la colaboración del reconocido cellista y amigo Auguste Franchomme.

Se le tiene por uno de los máximos exponentes del Romanticismo en la música, entre cuyos rasgos destacan: su aire de misterio, su doloroso exilio, su inspiración atormentada, su refinamiento, su nacionalismo, su rebeldía, incluso su enfermedad y su temprana muerte son características propias de los románticos. Su preferencia por las formas breves, sobre todo por la pieza de carácter (el nocturno, la balada) y su sentimiento lírico que deja muy claro, al inclinarse por alterar la realidad con el ensueño: «Rosas, claveles, plumas de escribir y un poco de lacre [...] y en ese instante ya no estoy en mí, sino, como siempre, en un espacio totalmente distinto y asombroso [...] aquellos espaces imaginaires»

Piano en que tocó Chopin, Valldemosa (Mallorca)


En 1828 pudo viajar a París y Berlín, para asistir a representaciones de Spontini y Cimarosa, y un año después escucha a Paganini en Varsovia. El virtuosismo del violinista italiano le impresiona a tal punto que crea en su recuerdo las variaciones Souvenir de Paganini, obra póstuma. En 1929 ofrece con gran éxito su primer recital en Viena.  Es en esa época en que se enamora de la estudiante de canto Konstancja Gladkowska, quien le inspiraría una obra de admirable belleza como es el segundo movimiento (larghetto) de su Segundo concierto para piano.

Chopin parte a Viena en 1830 en lo que había proyectado como un largo viaje con destino a Alemania, Italia y Francia, pero por el «levantamiento de noviembre» en Polonia y la posterior invasión rusa,  se vio forzado a abandonar su gira y establecerse en París a partir de 1831.  Allí sostiene: «Llegué aquí traído por el viento. Aquí se respira libremente; pero quizá sea por eso por lo que se suspira tan a menudo...»  Ya nunca volvería a su patria.

En su segunda vez en Viena, no habiéndole ido tan bien como la primera, las circunstancias le hicieron exclamar «Estos vieneses sólo tienen oído para los valses de Strauss».

En 1835 se entera de que sus padres han logrado sobrevivir a la invasión rusa y va a visitarles al balneario de Carlsbad.

De retorno a París se detiene en Leipzig para visitar a Clara y Robert Schumann y tocar ante ellos fragmentos de su Balada n.º 2 y varios estudios, nocturnos y mazurcas. Fue invitado a asistir al festival de Düsseldorf, pero debió desistir debido a su deteriorada salud. 



María Wodzinsky

En esa época se enamoró de una joven polaca de 17 años llamada María Wodzinsky, de una familia cercana y muy querida, a quien conocía desde la infancia, pero los padres de ella se opusieron a la boda, al conocer el estado de salud del músico, que sufría de una avanzada tuberculosis.  



Al despedirse, María le manifiesta: «Sólo puedo escribirle estas pocas palabras para agradecerle el bonito cuaderno que me envió... Le ruego que acepte sin dudarlo los sentimientos de agradecimiento que le debo. Crea en el afecto que le ha jurado para toda la vida, toda nuestra familia y en especial su peor alumna y amiga de la infancia. Adiós, mamá le besa muy tiernamente.


Adiós, conserve nuestro recuerdo. 


Maria»


Él reunió todas las cartas de María y junto con una rosa seca las introdujo en un sobre y escribió sólo dos palabras: Moja bieda... Mi miseria.


Atado de cartas de María Wodzinsky y Chopin en su casa de París.
Fuente: archivo Corbis. Fotógrafo: Alfredo Dagli Orti (1980)

A ella le dedicó el Waltz N°1, «El Adiós»

En Francia hizo amistad con Franz Liszt quien admiraba el refinado lirismo de su música y con el poeta romántico alemán Hiernich Heine que sostenía que Chopin era el más sublime poema hecho música.

La música de Chopin  fue referente para Claude Debussy,  quien a su vez lo fue de Igor Stravinsky, y Manuel de Falla exponentes de la «música pura», que a principios del s. XX intentaba alejarse del Romanticismo.

En 1831, Chopin había escrito que la motivación para componer era su «tal vez audaz pero noble deseo de crear un nuevo mundo para mí mismo».

Baudelaire sostendría, a propósito de él: «esa música ligera y apasionada que se asemeja a un pájaro brillante que revoloteara sobre los horrores de una sima». Y Liszt diría «Al encerrarse en el marco exclusivo del piano, Chopin dio prueba de una de las cualidades más esenciales para un escritor: la justa apreciación de la forma en que le es dado descollar.»

Ya en 1832, contaba con dos conciertos para piano, los tres nocturnos Opus 9, una Gran Fantasía sobre Melodías Polacas, sus primeras series de mazurcas (Op. 7 y Op. 17) y los Estudios Op. 10 que terminó de escribir en la capital francesa.

La Sonata para cello y piano en Sol menor op 65 es obra tardía, de la segunda mitad de los años cuarenta, en que se muestra un lenguaje decantado, intimista, sobre todo en los movimientos extremos, de una época en que la salud de Chopin estaba muy resentida. Franchomme y Chopin la estrenaron en la Salle Pleyel de París en 1848 y llamó la atención el potente comienzo.

Chopin siempre estuvo alejado de la ópera.


George Sand - Eugene Delacroix


En 1836 Chopin conoce a la escritora Aurore Dupin, más famosa por su seudónimo masculino de Georges Sand.  En principio le chocaba la forma de ser de la Sand que fumaba, tuteaba a los extraños, vestía pantalones, tenía ideas socialistas y, además, no iba a misa. Ella hizo lo imposible por enamorarlo y vivieron juntos,pero nunca llegaron a formalizar su compromiso. 

A causa de la penosa enfermedad que lo aquejaba y esperando los posibles beneficios de un clima más benigno, en 1838 se trasladaron a la isla de Mallorca,  allí se recluyeron en la Cartuja de Valldemosa, donde Chopin compone algunas de sus mejores piezas.

Al año siguiente regresan a París y de este período son sus más conocidas Fantasías, Barcarolas, Baladas y Nocturnos. Alternan la vida en París con períodos de residencia en Nohant.

A partir de 1842 se suceden innumerables veladas nocturnas que Chopin apenas soportaba por el avanzado estado de su enfermedad, agravada por trastornos bipolares. Ello supuso el comienzo de la ruptura sentimental de la pareja que significó el tiro de gracia para Frédéric.

En 1848 viaja a Londres y su salud empeora de manera muy alarmante, sobre todo después de un recital que dio a beneficio de exiliados polacos. Una semana después regresa totalmente enfermo a París, con enormes problemas económicos. Su amiga Jane Stirling, le procuró 25.000 francos para hacer frente a las necesidades más apremiantes. En el verano de 1849 llega a París su hermana Louise para cuidarlo, ya desahuciado. Murió en la madrugada del 17 de octubre de 1849, en París. Su corazón fue enviado a Polonia y depositado en la Iglesia de Santa Cruz de Varsovia.

El obituario publicado en los periódicos dice textualmente: «Fue miembro de la familia de Varsovia por nacionalidad, polaco por corazón y ciudadano del mundo por su talento, que hoy se ha ido de la tierra».

El solemne funeral de Frédéric Chopin se celebró el día 30, en la iglesia de Santa Magdalena de París. En él, cumpliendo disposicione de su testamento, se interpretaron sus Preludios en mi menor y en si menor, seguidos del Réquiem de Mozart. Más tarde, durante el entierro en el Cementerio de Père-Lachaise, se tocó la Marche funebre de su Sonata Op. 35. 







En París, el metro deja al pie del cementerio Père Lachaise, en el camino se puede comprar ramilletes de flores destinados a adornar su tumba.

Para honrar su memoria, el asteroide descubierto en 1986 por el astrónomo Eric Walter Elst ha sido bautizado como (3784) Chopin.


OBRAS

Piano solo

- 3 Sonatas, destacando la Nº2, Op.35
- 4 Scherzos, destacando el Nº2, Op.31
- 4 Baladas
- 27 Estudios
- 19 Nocturnos
- 25 Preludios
- 14 Valses
- 3 Impromptus
- 10 Polonesas
- 55 Mazurcas
- Un cuaderno de diversas piezas

Aparte

- 2 Conciertos para piano y orquesta, destacando el Nº2, Op.21
- 4 Piezas breves para piano y orquesta
- Un Trío para violín, celo y piano
- Una Sonata para celo y piano (Y dos obras breves)
- 17 Canciones.
- Ballet Las Sílfides (Arreglado por otros músicos)


Chopin y su influencia en la música contemporánea:



La canción Nature Boy, escrita en 1947 por el cantautor estadounidense del movimiento hippie, eden ahbez (1908-1995), fue acompañada de la maravillosa melodía del Prelude in E-Minor (op.28 no. 4), siendo la primera versión de Nature Boy la que interpretó Nat King Cole (1948).







El grupo de rock alternativo Muse, ha incluido en la canción «United States of Eurasia», de su disco The Resistance, un fragmento de Nocturno en mi bemol mayor Op. 9 n.º 2.


*  Fuentes:  

1) Biografía de Chopin por Josep Mª Roma i Roig, compositor, pianista, organista y pedagogo catalán (1902-1981).

2) Chopin y su poesia melódica también se celebran - Eduardo Escoto

3) 'El lado oculto de un genio' - Jorge de Persia