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"Expectations" - Christophe Vacher

viernes, 1 de enero de 2016

«No es sordo el mar: la erudición engaña»






Sobre CLAROS DE MAR O EL INICIO DEL GALOPE TORTURADO DE LAS FUENTES de Miguel Veyrat




«No es sordo el mar: la erudición engaña»
Góngora
(Soledad Segunda, 172)




I


Si en mi sangre la sal

de tus abismos

con el yodo primordial

por las venas arde

—padre e hijo mío,

cuando estalla la galerna

y todo tiembla en mi sesera

tu corazón de greda:

Escucha mar pues no eres sordo

y todo fluye de tus rías

hasta el flujo

de mi sangre y se asoma por los ojos

—ida y vuelta de la arena

a la escollera, rompe la memoria

y lo aprendido

descalabra.

La Luna centro mítico

suspende las pasiones

olas entre gracia y peso

que sobre el alma eleva

y pena:

Alivio pone al vuelo

sin sentido que de otro modo

emprendería.

Y baña luego en plata

—clara y fría, las heridas.




II



El pobre cerebro mío

entre sal y sol de ansia

y de silencio

arde ya y golpea

entre peñascos roto:

Frágil epitelio de ermitaño

el más leve aliento lo conmueve

y lo retrae de dispersas brasas

recompuesto. Destilado

de tu vientre en imparable

movimiento allí violenta

a la inmóvil muerte

y prepara nuestro lecho

de vivientes: Nada nuevo

sin memoria podrías conocer

y no sin fuego en el aliento

canciones del agua manarían.




III



De palabra piedra oculta

vas y vienes

subes por las vidas venas que van a dar

a la consciente

mina

que es la tierra y la penetran:

Azulada lisa piel

y mórbida la mañana rosa de la aurora

te calienta.

Pezón de sangre roto

en pequeñas corolas de espuma

leche de Venus derrama

generoso

y simula el útero caliente bajo el halda

helada.

Su dulzor negro te acerca.



© Miguel Veyrat (“Babel bajo la Luna” / “Claros de mar” / los tres primeros poemas) Calima 2005)



* * *


No es accidente que Miguel Veyrat haya escogido para estos tres "Claros de Mar" el epígrafe tomado de Las Soledades de Góngora.

Erudición, podría decirse que es "saber fundado en el estudio de las fuentes" y Luis de Góngora, ha sido el poeta que mejor ha sabido convertir la erudición en poesía y en belleza.

Creo en el gran aporte a la estética poética que hizo Góngora, y García Lorca intenta con éxito, según mi opinión, desentrañar el peso de ese aporte, en su Conferencia "La imagen poética de Luis de Góngora".

No sé si es mera alucinación mía, porque carezco del sustento que podría darme el tener estudios en Literatura, pero cada cosa que destaco de Góngora me confirma la cercanía que tiene con él Miguel Veyrat, un poeta culto al punto que lo hace doblemente maestro, en la acepción medieval como hacedor de una obra maestra, “il miglior fabro”, y en la acepción latina de magister, aquél que enseña y guía con autoridad, como lo es también el rabí judío (rabí significa distinguido,abundante), presente en todas las culturas, incluida la masonería.

Aunque la estructura misma de los poemas gongorinos y veyratianos no siguen los mismos cánones, el estudio de Góngora ilumina el estudio de la poesía de Veyrat. Para muestra cito los conceptos de Lorca en su Conferencia:


"Y Góngora ha estado solo como un leproso lleno de llagas de fría luz de plata, con la rama novísima en las manos esperando las nuevas generaciones que recogieran su herencia objetiva y su sentido de la metáfora." No puedo menos que comparar el rechazo y abandono que sufrió Góngora, con el olvido y el silencio desde la crítica y las editoriales, y el exilio político al que fue sometido Miguel Veyrat.

"Mientras que todos piden el pan, él pide la piedra preciosa de cada día."

"A Góngora no hay que leerlo, sino estudiarlo. Góngora no viene a buscarnos, como otros poetas, para ponernos melancólicos, sino que hay que perseguirlo razonablemente. A Góngora no se le puede entender de ninguna manera en la primera lectura."

No me atrevería a usar los términos y conceptos cultismo o culteranismo para referirme a la poesía de Veyrat, porque ambos usos tienen cierto conato despectivo y depreciativo. Pero no hay dudas de que él nos obliga a elevar el conocimiento y enriquecernos con el estudio de las fuentes, aunque sea "a galope torturado".

En algo debe haber influido en M.V. el hecho de haberse establecido en Sevilla, puesto que Lorca dice: "En Andalucía la imagen popular llega a extremos de finura y sensibilidad maravillosas, y las transformaciones son completamente gongorinas." 

Marcel Proust asegura que "Sólo la metáfora puede dar una suerte de eternidad al estilo".

Lorca sostiene que “Para que una metáfora tenga vida necesita dos condiciones esenciales: forma y radio de acción. Su núcleo central y una redonda perspectiva en torno de él. El núcleo se abre como una flor que nos sorprende por lo desconocida, pero en el radio de luz que lo rodea hallamos el nombre de la flor y conocemos su perfume.” En M.V. las metáforas, los símbolos y el acercamiento al mito, aportan gran parte de la fuerza que caracteriza a su poesía.

Lorca dice: "La metáfora une dos mundos antagónicos por medio de un salto ecuestre que da la imaginación. (...) Un poeta tiene que ser profesor en los cinco sentidos corporales. Los cinco sentidos corporales, en este orden: vista, tacto, oído,olfato y gusto. (...) superponer sus sensaciones."

"El poeta, pues, va adquiriendo con el tiempo conciencia creadora y técnica para la imagen." (…) Góngora se sienta a las orillas del mar, donde el viento "le corre enlecho azul de aguas marinas,
turquesadas cortinas"

"Porque están todos los detalles estudiados y sentidos como en una joya de orfebrería. No hay nada que dé la sensación del Sol que cae, pero no pesa, como esos versos":

Soledad primera(versos 34 a 41)


Desnudo el joven, cuando ya el vestido

océano ha bebido,

restituir le hace a las arenas;

y al sol le extiende luego

que, lamiéndole apenas,

su dulce lengua de templado fuego

lento le embiste y con suave estilo

la menor onda chupa al menor hilo.


Veo mucha correspondencia entre estos versos de Góngora y el poema I de Claros de Mar de M.V., entre la figura del SOL GONGORINO:


"y al sol le extiende luego

que, lamiéndole apenas,

su dulce lengua de templado fuego..."


y la de la LUNA VEYRATIANA:


"La Luna centro mítico

suspende las pasiones

olas entre gracia y peso

que sobre el alma eleva

y pena:

Alivio pone al vuelo

sin sentido que de otro modo

emprendería.

Y baña luego en plata

—clara y fría, las heridas."



Lorca asegura: "Y en Góngora no se sabe qué admirar más: si su sustancia poética o su forma inimitable e inspiradísima. Su letra vivifica a su espíritu en vez de matarlo. No es espontáneo, pero tiene frescura y juventud. No es fácil, pero es inteligible y luminoso. Aun cuando resulta alguna rara vez desmedido en la hipérbole, lo hace con una gracia andaluza tan característica, que nos hace sonreír y admirarlo más, porque sus hipérboles son siempre piropos de cordobés enamoradísimo."

"Se vuelve de la inspiración como se vuelve de un país extranjero. El poema es la narración del viaje. La inspiración da la imagen, pero no el vestido. Y para vestirla hay que observar ecuánimemente y sin apasionamiento peligroso la calidad y sonoridad de la palabra."

"A Góngora no hay que leerlo, hay que amarlo", lo que tiene todo que ver con su otra máxima: "La poesía no necesita adeptos sino amantes."

"Cayó el rocío vivificador, que es siempre un gran poeta para un lenguaje."

"Ya hemos visto cómo el poeta transforma todo cuanto toca con sus manos. Su sentimiento teogónico sublime da personalidad a las fuerzas de la Naturaleza."

"Es suntuoso,exquisito, pero no es oscuro en sí mismo. Los oscuros somos nosotros, que no tenemos capacidad para penetrar su inteligencia. El misterio no está fuera de nosotros, sino que lo llevamos encima del corazón."


"Y no hay que olvidar que Góngora es un poeta esencialmente plástico, que siente la belleza del verso en sí mismo y tiene una percepción para el matiz expresivo y la calidad del verbo, hasta entonces desconocida en el castellano. El vestido de su poema no tiene tacha.”

"Huye de la expresión fácil, no por amor a lo culto, con ser un espíritu cultivadísimo: no por odio al vulgo espeso, con tenerlo en grado sumo, sino por una preocupación de andamiaje que haga la obra resistente al tiempo. Por una preocupación de eternidad."


Como dije al principio hay que leer esta nota, aplicando las eruditas y bellas palabras de Lorca, no sólo a Luis de Góngora y Argote (Córdoba, 1561 – 1627), sino también a Miguel Veyrat (Valencia, 1938 ), dos grandes maestros no suficientemente reconocidos en su tiempo y a quiénes separan 377 años.

Miguel Veyrat destaca por su rica intertextualidad y aquí queda en clara evidencia, una vez más. Esta característica es de los grandes, aquellos que no reparan en reconocer a sus propios maestros, los que les han acompañado en el devenir de la poesía, "los bardos de amada herencia", como les llamaba un querido poeta amigo mío.


* Fuente:

http://federicogarcialorca.net/obras_lorca/la_imagen_poetica_gongora.htm







PERFECT SUNSET

1 comentario:

  1. De acuerdo en todo, Myriam. Tengo varios amigos poetas, buenos poetas y buenas personas, que tuercen el morro si se les mienta a Miguel. Parecido le harían a Góngora.

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"Las distancias tocadas por la gracia vuelven amigos a los extraños."