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"Expectations" - Christophe Vacher

domingo, 18 de agosto de 2019

A 50 años de la llegada del primer hombre a la Luna (VI parte) Chile ha tenido un palco privilegiado



En los inicios de la Carrera espacial Chile ha tenido un palco privilegiado. En diferentes oportunidades ha contado con la visita de destacados astronautas.

Diario El Mercurio de Antofagasta, 21 de julio de 1969


1.- ASTRONAUTAS VISITAN CHILE

a) En 1966 el presidente estadounidense Lyndon B. Johnson les pidió a los astronautas Neil Armstrong y Richard Gordon que participaran en una gira de buena voluntad por Sudamérica durante 24 días. Llegaron a Santiago de Chile el 27 de octubre de 1966 y fueron recibidos por el Presidente de la República don Eduardo Frei Montalva. Tomaron chicha en cacho y presenciaron un partido de Colo Colo en el Estadio Nacional. Tenían como misión buscar apoyo para el viaje a la Luna. Les acompañaron sus esposas, el Embajador de los Estados Unidos Ralph A. Dungan y el Director Adjunto del Centro de Naves Espaciales Tripuladas de la NASA, George Low. En el caso de Chile traían el agradecimiento del gobierno de Estados Unidos y la NASA, por el apoyo a la exploración científica del espacio exterior, materializado en la instalación de estaciones de rastreo satelital en Antofagasta (1959) y Peldehue (1961), esta última aún en funcionamiento, bajo la administración del Centro de Estudios Espaciales de la Universidad de Chile.


Postal dedicada al Presidente Eduardo Frei Montalva
por Neil Armstrong (Museo Frei)

Neil Armstrong visitaba Chile en esa oportunidad, por primera vez, después de su misión espacial como Comandante de la cápsula Gemini 8. El Programa Gemini, precedió al Programa Apolo y tenía por objetivo preparar a los astronautas, las maniobras y los implementos para un próximo alunizaje. Armstrong se convertiría en el primer hombre en pisar la superficie lunar, como comandante en la misión Apolo 11, y Richard F. Gordon sería piloto del Módulo de Comando del Apolo 12, la segunda misión espacial que recorrería la superficie de la Luna, llegando a ella el 19 de noviembre de 1969, junto a Alan Bean y Charles Conrad.


Este registro muestra la visita de los astronautas a Chile acontecida en octubre de 1966.




b) La segunda visita de astronautas a Chile fue cuando llegaron a nuestro país el 18 de febrero de 1970, los tres tripulantes de la Misión  Apolo 12, Charles ‘Pete’ Conrad (comandante y tercer hombre que pisó la Luna), Alan L. Bean (piloto del módulo lunar) y Richard F. Gordon Jr. (piloto del módulo de comando) acompañados de sus esposas, el embajador de Estados Unidos Edward Korry, y otros invitados estadounidenses. Su primera actividad fue volar en helicóptero hacia el Palacio Presidencial de Cerro Castillo en Viña del Mar, donde los esperaban el Presidente Eduardo Frei Montalva y su esposa María Ruiz-Tagle. Allí realizaron un intercambio de presentes, y el ex Mandatario recibió de regalo un pedestal con tres pequeños fragmentos de piedra lunar, una bandera chilena que viajó a la Luna en el Apolo 11, y una placa de la misión Apolo 12. A esto se sumó una fotografía del Módulo Lunar Apolo 12 orbitando el satélite natural, donde también se puede ver el Océano de las Tormentas, lugar de aterrizaje de esa misión. La fotografía está dedicada y tiene la firma de los tres tripulantes de la nave. En el Palacio de La Moneda fueron condecorados con la Orden al Mérito en el grado de Comendador.


Bandera chilena que los astronautas del Apolo 11 llevaron a la Luna, en 1969
Museo Frei


En el Apolo 11  junto a una pequeña bandera chilena, los astronautas habían llevado los buenos deseos de algunos presidentes del mundo. El mensaje de Eduardo Frei Montalva fue: “Que los hombres de nuestro planeta lleven a la Luna un mensaje de paz y buena voluntad, de este lugar sobre la Tierra que es Chile.”  En el Museo Frei, se guarda esta bandera, junto a estas palabras: “Esta bandera de vuestra nación fue llevada a la Luna y traída de vuelta por el Apolo 11, y este fragmento de la superficie lunar fue traído a la tierra por el primer viaje lunar tripulado por hombres”.

Los fragmentos de roca lunar obsequiados a Chile, se encuentran expuestos en el Museo Frei y en el Museo de Historia Natural.







c) El 14 de marzo del año 2000 Chile recibió por segunda vez a uno de los más importantes personajes de la historia y representante de la especie en el suelo lunar. Neil Armstrong llega al país, por razones empresariales, para estar presente en el lanzamiento que realizó Microsoft Chile de Window 2000, además tenía agendada una reunión con empresarios chilenos; para finalmente viajar junto a su esposa al sur y disfrutar de sus bellezas naturales, acompañado de una caña de pescar. Su visita no duró más de una semana.

Doce años después, al poco tiempo de cumplir 82 años de edad, y después de una delicada cirugía de by pass, Armstrong fallece en el hospital de Columbus, Ohio, el 25 de Agosto del 2012.

Neil Armstrong, por Ralph Morse, marzo de 1969

d) En 1972 visitó nuestro país el astronauta estadounidense Charles M. Duke Jr., Piloto módulo lunar del Apolo 16, décimo astronauta en caminar sobre la superficie del único satélite natural de la Tierra. 

Cuando se daban los primeros pasos en la carrera espacial, en 1957 Charles Duke de 21 años de edad, se encontraba en la Escuela de Aviación, donde se enteró de los avances de la Unión Soviética en la carrera espacial  con el lanzamiento del satélite ruso Sputnik 1, el primero en orbitar la Tierra y, un mes después, el Sputnik 2, llevando a bordo al primer ser vivo, la perrita ‘Laika’. Posteriormente, en abril de 1961, la entonces URSS logró el vuelo del cosmonauta ruso Yuri Gagarin, en la cápsula Vostok 1.


Capitán de comando central Charlie Duke, Jim Lovell y Fred Haise desde Houston,
durante la 
Misión Apolo 11


El 20 de julio de 1969, Duke desde el centro de control terrestre comandaba de la Misión Apolo 11, la primera destinada a alunizar. Es su voz la que se escucha en las transmisiones de la NASA cuando Neil Armstrong pisó por primera vez la Luna en 1969, y pronunció sus célebres palabras.

La nave llegaba con el 4% de combustible (unos 30 segundos) y ante  la decisión de abortar, sólo se pensó en seguir adelante. 

- Duke contaba: «… ¡estábamos realmente preocupados por el combustible! Entonces yo di el mensaje: ‘Eagle 60 segundos’, que significaba que tenían un minuto para alunizar o se escucharía la orden de abortar la misión. Después di el segundo mensaje: ‘Eagle, 30 segundos’. ¡Y ellos estaban a punto de llegar, pero todavía faltaba! De acuerdo con mi reloj, 13 segundos después completaron el alunizaje. La tensión llegaba hasta el techo. Todos estaban pegados a sus consolas escuchando lo que informaba Buzz Aldrin».

- Armstrong comunicaba: «Tranquilo Houston… aquí Base Tranquilidad, aterrizado el Águila».

- Duke: «Te copiamos Águila (...) Tranquilidad, los copiamos en la Tierra. Tienen a un montón de tipos a punto de ponerse azules. Estamos respirando de nuevo. ¡Muchas gracias!».

3 años después Charles Duke, a los 36 años, formaba parte de la tripulación del Apolo 16, y ponía sus pies por primera vez sobre la Luna, el 21 de abril de 1972, como piloto del módulo lunar y el  astronauta más joven que ha caminado sobre nuestro satélite natural. Allá dejó una foto de su familia y dio un salto que casi le cuesta la vida. Participaron junto a él en la Misión Apolo 16 John W. Young comandante, y Thomas K. Mattingly II como piloto del módulo de comando.

En ese mismo año en su paso por Chile, Charles Duke manifestó en un seminario: “Cuando estén ahí no piensen que lo más divertido será la gravedad cero, lo más divertido será cuando miren por la ventana, porque van a tener una vista espectacular, van a ver la curvatura de la Tierra, un color azul profundo y la atmósfera, todo, rodeado de la oscuridad del espacio… es una experiencia realmente inexplicable. (…) Allá es de día en todo momento, no se ven las estrellas, pero es maravilloso, es un gran desierto muy brillante y gris (…) El mejor ejemplo de la presencia del hombre en la Luna son los objetos que dejamos en su superficie y que pueden ser vistos perfectamente por los satélites y sondas de observación”.

* Charles Moss ‘Charlie’ Duke Jr. nació Charlotte (Carolina del Norte, USA), ingresó a la Academia Naval a fines de los años 50, y en 1964 obtuvo un máster en aeronáutica en el Instituto de Tecnología de Massachusetts. Estuvo también destinado como piloto en una base militar en Alemania Occidental y en abril de 1966 fue uno de los 19 seleccionados para el Grupo 5 de Astronautas de la NASA. De ese cuerpo de elite, nueve viajaron a la Luna, mientras que la mitad formaron parte del Skylab (primera estación espacial de la NASA) y más tarde del programa de transbordadores.

Antes de abandonar la NASA, en 1975, Duke formó parte del equipo de apoyo del Apolo 17, que en diciembre de 1972 convirtió al astronauta Eugene Cernan en el último hombre que pisó la Luna. En su trayectoria, logró acumular 4.147 horas de vuelo y 265 horas en el espacio. En total, Duke participó en cinco misiones Apolo. Siguió activo en las Fuerzas Armadas, siendo promovido a brigadier general en 1979 y pasando a retiro en 1986. Tiene 83 años y es uno de los 12 astronautas que han caminado por la Luna, de los cuales cuatro siguen vivos. Después de sus experiencias espaciales dejó de considerarse ateo y se convirtió al cristianismo, lo que curiosamente ocurrió con muchos de sus compañeros lunautas, que ante la inmensidad y soledad del universo, descubren a Dios.

Duke viajó a Chile en varias ocasiones, en misiones de servicio dirigidas al área militar chilena.



2.- UNA ORIGINAL BIENVENIDA


Cono Sur - Anton Balazh (foto satelital actual)

El 15 de mayo de 1963, mientras el astronauta Gordon Cooper orbitaba el planeta a bordo de la cápsula Faith 7, del proyecto estadounidense Mercury Atlas 9, en Santiago se realizó una original bienvenida: exactamente a las 20.05 horas se apagaron y prendieron en forma intermitente las luces de la ciudad durante 30 segundos para saludar el paso fugaz del astronauta sobre la capital. La iniciativa contó con el apoyo de la Compañía de Electricidad y la aprobación de la Dirección General de Servicios Eléctricos, que coordinó, junto con la embajada de Estados Unidos, la hora exacta para el corte de energía.


3.- IMPORTANCIA HISTÓRICA DE LA ESTACIÓN SATELITAL DE LONGOVILO



Infograma de la hazaña chilena gentileza de Entel

 El 20 de julio de 1969, día en que, a más de 380 mil kilómetros de la tierra, se alcanzó el hito más relevante de la carrera espacial entre EEUU y la URSS, cuando Los astronautas Neil Armstrong y Edwin ‘Buzz’ Aldrin alunizaron en un sector conocido como el ‘Mar de Tranquilidad’, abordo del módulo ‘El Águila’ (Eagle, por ser símbolo del escudo de EEUU), mientras Collins circunnavegaba la Luna en el Módulo de comando, Ingenieros y Técnicos Chilenos de la entonces estatal Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel), se esmeraron a contrarreloj para alcanzar su propia hazaña desde Longovilo 1, demostrándole al país y al mundo que, contra todo pronóstico técnico, sí se podía.

La señal fue enviada por la NASA desde la Luna y fue recibida en Australia, en la estación Honeysuckle Creek Tracking Station de la NASA. La transmisión pasó desde ahí al satélite Geoestacionario INTELSAT III F4, ubicado sobre el Pacífico, para llegar a la estación de Jamesburg en California (costa oeste de EEUU), y luego vía terrestre hasta la estación Houston de la NASA (costa este de EEUU), desde donde finalmente fue transmitida para el mundo.

Desde Longovilo, aprovechando un pequeño espacio entre los cordones de cerros que rodean la estación, redirigieron la antena hacia el satélite Geoestacionario INTELSAT III F4, ubicado en el Pacífico y captaron la señal. En ello radica el valor de esta hazaña chilena, en ser junto a Australia, uno de los primeros, y el único país de América Latina en captar y retransmitir casi en directo, con sólo unos segundos de retraso, la señal satelital que traía la imagen en vivo de los primeros pasos sobre la Luna.

Así lo cuenta Andrés Bravari, ex ingeniero de la estación satelital Longovilo, que entonces era un joven de 24 años, uno de los que hizo posible la hazaña: “El satélite que transmitiría (para televisión) el alunizaje, estaba en el Pacífico, casi en el horizonte, y por esos destinos divinos nos fijamos que se podía ver entre el cordón de cerros que rodeaba a Longovilo. (…) Sentíamos la responsabilidad, muchos nervios, pero sabíamos que lo podíamos hacer.  Siempre trabajamos como equipo muy integrado y sabíamos que éramos capaces de hacerlo. (…) Había presión para que no fallara nada y teníamos los nervios de punta. (…) el hito de Chile consistió en lograr tener una señal pura en las mejores condiciones técnicas posibles (…) “Ni siquiera los ingenieros norteamericanos que trabajaban con nosotros creían que lo fuéramos a lograr. Apuntamos al borde de la cordillera de la Costa, pasamos por un pequeño portezuelo entre los cerros y por ahí nos llegó, fue una maravilla cuando nos llegó la señal de esta transmisión, era como estar entrando al futuro”. 

(Agencia EFE, Santiago de Chile 19 de julio de 2019)

El evento fue televisado y Chile fue el único país sudamericano que lo vio en vivo, gracias a la estación de Longovilo 1.



La llegada del hombre a la luna, contada en tiempo real por los propios astronautas Neil Armstrong, Edwin "Buzz" Aldrin y Michael Collins.

El Presidente Eduardo Frei Montalva había autorizado expresamente mover la antena satelital, de 30 m de diámetro, que originalmente apuntaba hacia el Atlántico, para apuntar hacia el Pacífico, donde llegaría la señal desde la Luna, dejando a todo Chile desconectado por muchas horas, del tráfico internacional telefónico que captaba el satélite desde el Atlántico. Pero botar la señal internacional era la única forma de dar cabida y soporte a la transmisión televisiva. “Háganlo. Un hito de esta importancia para la humanidad no podemos dejar de verlo”, ordenó el Presidente Frei Montalva a los expertos.


Presidente Eduardo Frei Montalva, en la Estación Longovilo de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones de Chile (Entel) en el año 1969. EFE/ Entel


En tanto la 2ª hazaña estadounidense fue precisamente la mediática que logró poner a unos 650 millones de personas de todo el mundo delante de sus televisores, en la que sigue siendo una de las emisiones más vistas de la historia, en  cuyo proceso de producción participaron unas 1.000 personas y se calcula que tuvo un costo de 11 millones de dólares.

En ese tiempo los recursos tecnológicos de la televisión chilena eran bastante limitados, por lo que las tres estaciones de televisión de la época decidieron unirse a partir del 1 de julio para transmitir diariamente y en cadena, un programa especial dedicado al viaje espacial. Los comentarios y análisis los realizaban expertos nacionales bajo la conducción de los directores de prensa: Leonardo Cáceres de Canal 13, Augusto Olivares de Televisión Nacional y Manuel Mendoza de Canal 9 de la Universidad de Chile.

Canal 13 poseía la única cámara de filmación con imágenes y sonido de Chile, esa misma cámara debió viajar a Houston junto a Mario Kreutzberger, José María de Navasal y el camarógrafo Manuel Labra.

Para quienes no tenían televisión, las radios Balmaceda, Cooperativa, Minería, Agricultura, Nuevo Mundo, Corporación y Portales cubrieron la noticia describiendo lo que se veía en la pantalla.


Diario Las Últimas Noticias - 21 de julio de 1969

“Los santiaguinos recorrieron las calles y cafés del centro. Estos negocios ofrecieron café y televisión gratis esa noche. Algunas familias sacaban los televisores por las ventanas para compartir las imágenes con aquellos que no tenían. Obviamente no faltaron quienes cobraron por ver la hazaña”.

El módulo lunar ‘Águila’ llevaba horas en la superficie de la Luna, específicamente en el ‘Mar de la Tranquilidad’. Cuando en Chile eran las 22:56 horas del domingo 20 de julio de 1969, miles de televisores estaban encendidos. Todo el mundo veía sorprendido cómo el comandante de la misión, Neil Armstrong,  el primero en descender buscaba un peldaño en la escalerilla del módulo lunar para posar su pie en la polvorienta superficie lunar.





Entonces se escuchó una de las frases más recordadas de la historia de la TV:

“Es un pequeño paso para el hombre,
pero un tremendo salto para la humanidad”.


Las campanas de las iglesias sonaron avisando que el hombre finalmente había pisado por primera vez la misteriosa Luna.

La transmisión duró 6 horas sin publicidad, ya que fue financiada por la Embajada de Estados Unidos.

El Presidente chileno además decretó feriado legal hasta el mediodía del día siguiente del alunizaje, para que los 8.884.768 habitantes disfrutaran del evento.

Longovilo fue construida apenas un año antes por Entel para mantener en funcionamiento continuo las comunicaciones del país ante desastres naturales o cualquier eventualidad. Nunca ha dejado de ser una estación terrestre de primer nivel, con profesionales altamente especializados y Entel ha puesto a disposición del país todas sus capacidades técnicas, levantando infraestructura en cada rincón de Chile, para conectar al país a través de fibra óptica. Longovilo lograba resistir al paso del tiempo, principalmente por sus servicios satelitales en lugares muy aislados como Isla de Pascua, Puerto Williams y la Antártica.




Diario El Mercurio de Valparaíso, 22 de julio de 1969


4.- NEIL ARMSTRONG EL PRIMER HOMBRE EN PISAR LA LUNA, EN SU REGRESO A LA TIERRA EN EL APOLO 11 CAPTÓ UNA DÉBIL SEÑAL RADIAL AL PASAR POR LA COSTA PACÍFICA DE AMÉRICA DEL SUR

La señal provenía de Chile, se trataba de Radio El Conquistador, la única radio FM en América Latina.  Los astronautas mandaron una foto autografiada al propietario-fundador de la radio don Joaquín Molfino, a manera de agradecimiento, con estas palabras: ‘te escuché en mi paso por Chile’.

Así lo cuenta Amaro Gómez-Pablos, locutor de radio El Conquistador: “Cuando el astronauta volvía a Tierra cayendo en picada a 3 mil 32 metros por segundo, cuando aún podía ver la inmensa fisonomía del planeta azul, cuando aún faltaban algunos minutos para caer en el Pacífico y ser rescatado, el héroe lunar logra interceptar una señal radial. Sí. Era música. Maravillosa música. Su bienvenida amable y civilizada al planeta que lo vio despegar en una misión incierta y al que retornaba tras haber conquistado la cima espacial. Esa compañía sonora era Radio El Conquistador. Los destinos de Neil Armstrong y Joaquín Molfino se cruzaban (…) en el único lugar posible a compartir: En el espacio.

El Conquistador en su dial 91.3 MHz FM en Santiago de Chile, salió por primera vez al aire 1 de marzo de 1962, con el himno Alegría en el Mundo de Haendel, como la primera radio FM en Chile y Latinoamérica, la novena FM en el mundo, la primera radio estereofónica, la primera radio cuadrafónica, y la primera emisora nacional en contar con transmisión online, vía Internet, en el año 1996. También pionera, al incorporar en el AppStore la aplicación de audio online de la radio. Radio El Conquistador es la más longeva y de mayor alcance de Chile, con 57 años como FM. A don Joaquín Molfino lo suceden sus hijos Felipe y Piero Molfino.






Las curiosidades y anécdotas que dejó en Chile la llegada del hombre a la Luna




5.- CHILE DESDE LOS PRIMEROS AVANCES EN LAS COMUNICACIONES SATELITALES


En 1959 en conjunto con EEUU, Chile levantó antenas de rastreo satelital en Antofagasta y Peldehue, comuna de Colina a través de un Convenio entre la NASA (National Aeronautics and Space Administrations) de los EEUU y la Universidad de Chile dio origen a la creación de la Estación de rastreo satelital Peldehue y al Centro de Estudios Espaciales. Estas entidades funcionaron en Peldehue, a 40 kilómetros al norte de Santiago, en un terreno de 100 ha. La estación de rastreo satelital de la NASA funcionó hasta 1989 y sus antenas controlaron varias de las misiones Apolo y entregó apoyo en telemetría, rastreo y telecomando (TT&C) a más de 370 misiones espaciales. Entre ellos a Estados Unidos, Japón, China, Alemania y Suecia. 

En 1989, la agencia espacial donó las instalaciones a la Universidad de Chile, que a través de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) la transformó en su Centro de Estudios Espaciales (CEE) y mantuvo convenios de rastreo con diversas agencias y empresas hasta el año 2008, cuando la vendió a la Swedish Space Corporation (Corporación Espacial Sueca).



Centro de Estudios espaciales y Estación de Comunicaciones Satelitales en Chile y Latinoamérica, Longovilo



En 1968 entró en funciones la primera Estación de Comunicaciones Satelitales en Chile y Latinoamérica, en Longovilo, poco más de 100 kilómetros de Santiago, comuna de San Pedro, Provincia de Melipilla, Región Metropolitana. Levantando la primera de las antenas captadoras de satélites operativa en Chile y Sudamérica, destinada a la transmisión y recepción de señales internacionales. 


Antena satelital de Longovilo 1968

Longovilo nunca ha dejado de ser una estación terrestre de primer nivel, con profesionales altamente especializados. En la actualidad, sigue asegurando la conectividad de zonas aisladas como Isla de Pascua, Puerto Williams, la Antártida y localidades de complejidad geográfica a las que no puede llegar ningún otro tipo de tecnología. Estaciones como ésta seguirán uniendo a Chile con el mundo y con el espacio.



Centro de Estudios Espaciales (CEE) U. de Chile, Longovilo



1980 Se crea Comité de Asuntos Espaciales (CAE): Comisión Asesora Presidencial dependiente del Ministerio de Defensa - FACh.

1985 Acuerdo Chile-EE.UU. para el uso de aeropuerto Mataveri Isla de Pascua, como lugar de aterrizaje de emergencia y rescate de transbordadores espaciales.

1990 se lanzan los proyectos satelitales ‘Cóndor-Sat’ de la Academia Politécnica, que se transformaría en el programa ‘FASat’ (por Fuerza Aérea de Chile);  y ‘César 1’ de la Federación de Radioaficionados de Chile.

El diseño del ‘César 1’ está basado en la tecnología MicroSat. Su estructura está compuesta de 5 marcos cuadrados de aluminio espacial de 20 x 20 x 4 cm. aproximadamente, los que se unen entre sí mediante pernos conformando un cubo, de 23 cm. por arista. En la cara superior se ubican las antenas de recepción, en la inferior van las antenas de transmisión. Todas las caras del cubo están cubiertas con celdas de energía solar. Pesa aprox. 12 kg. De aquí proviene el concepto de CubeSat, para designar este tipo de MicroSat.

1993 II Conferencia Espacial de las Américas: Chile es sede.

31 de agosto de 1995 Se lanza al espacio el primer micro satélite chileno científico y experimental FASat Alfa, desde el Cosmódromo de Plesetsk, Rusia, en el lanzador Tsykton y adosado al satélite Ucrania Sich-1. Fue construido bajo un programa de transferencia tecnológica entre la Fuerza Aérea de Chile y la empresa británica Surrey Satellite Technology Ltd (SSTL). Esta primera experiencia satelital chilena resultó fallida. Luego de su lanzamiento, el satélite chileno debía separarse del satélite ucraniano Sich-1, su nave madre, a la cual estaba unido por medio de una par de abrazaderas. El sistema de corte falló y ambos siguieron dando vueltas alrededor del planeta a unos 600 kilómetros de altura. Inglaterra se hizo cargo de la pérdida y se construyó el FASat-Bravo, en su reemplazo.

1996 Chile se integra al COSPAS-SARSAT: Sistema de Búsqueda y Salvamento de Aeronaves siniestradas a través del Sistema Satelital COSPAS-SARSAT.

1997  III Conferencia Espacial de las Américas: Chile co-organiza con Uruguay, en Punta del Este.

10 de julio de 1998 Se lanza el micro satélite FASat Bravo, desde el Cosmódromo de Baikonur, Kazajistán, en el lanzador Zenit-2 junto a otros 3 microsatélites. Logró dar cerca de 13.000 órbitas alrededor de la Tierra antes de que se agotaran sus baterías de transmisión de datos.
1999 Viaja al espacio, destino Estación Espacial Internacional, el experimento del Liceo nº 1 de Niñas de Santiago ‘Chinitas al Espacio’.

2000 Chile presenta su primer candidato a astronauta a los Estados Unidos, para viajar a la Estación Espacial Internacional: Klaus von Storch.

El 31 de julio de 2001 se crea la Agencia Chilena del Espacio (ACE) como Comisión Asesora Presidencial dependiente del Ministerio de Defensa Nacional.

2004 Chile se integra al Grupo Intergubernamental de Observación de la Tierra (GEO).

2009 Se crea el Centro de Óptica y Fotónica CEFOP en la Universidad de Concepción: en alianzas con Airbus, Fasat y la FACh.

El 16 de diciembre de 2011 se lanza al espacio el satélite óptico chileno FASat-Charlie, que forma parte del Sistema Satelital de Observación Terrestre (SSOT) en el lanzador Soyuz, desde el Puerto Espacial de Kourou en Guayana Francesa. Circunscrito a las celebraciones del Bicentenario de nuestro país, tiene una masa de 130 kg y está equipado con una cámara fotográfica de alta resolución, se proyectaba una vida útil hasta el año 2017. Fue destinado a la observación del territorio, con proyección global y su operatividad estuvo basada en la cooperación internacional, a cargo de la FACh.

2014 Se publica la Política Nacional Espacial 2014-2020. Sus ejes estratégicos son: Entorno para el desarrollo; Innovación y emprendimiento; y Capital humano avanzado.

2014 e disuelve la ACE Agencia Chilena del Espacio y se crea el Consejo de Ministros para el Desarrollo Digital y Espacial y una Comisión Científico-Técnica Asesora Presidencial y del Consejo de Ministros, dependiente de la Subsecretaría de Telecomunicaciones.

2015 Firma de acuerdo de 3 años entre la Universidad de Concepción y Airbus DS para la Recepción directa de imágenes de Satélites SPOT 6 y 7.Centro de Recepción Satelital en la Universidad de Concepción. 

2016 Un equipo multidisciplinario de la Universidad de Chile desarrolla el primer nano satélite científico de investigación CubeSat  Suchai 1. Los nano satélites son tan pequeños como una caja de zapatos y pesan menos de 10 kilos, idealmente utilizados en la prolífera industria de comunicaciones satelitales.



Nanosatélite Suchai 1

2016 Surge el primer Pabellón Espacial como parte de la muestra permanente de la Feria Internacional del Aire y del Espacio (FIDAE), exposición de tecnología aeroespacial y de defensa que se realiza cada dos años en Chile.

2017 Con el lanzamiento en India del Suchai 1, el primer nanosatélite creado en Chile, en la UCh, se presenta a la comunidad los avances del Programa Espacial de la Universidad de Chile que cuenta con investigadores espaciales del más alto nivel, de la FCFM y la Facultad de Ciencias. Están abocados al desarrollo del Suchai 2 y 3, con tecnología astronómica desarrollada en el país. Suchai I cumple dos años en el espacio: en el primer año orbitando nuestro planeta dio 5.560 vueltas a la Tierra. Mide solo de 10 cm2 y se ha llevado todos los honores. Ha tomado 180 fotografías y transmitido 80 MB de información. Se vio enfrentado a una de las tormentas solares más extremas, en septiembre de 2017, y perdió contacto por 3 días; en marzo de 2018 perdió contacto por 5 días, debido a fallas en las baterías, pero como estaba programado, el software se dio cuenta de que tenía un problema y se reseteó solo.


6.- CHILE Y SU SITUACIÓN PRIVILEGIADA PARA LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA ASTRONÓMICA Y ESPACIAL

Generar nuevos conocimientos con recursos limitados es el principio con el que se trabaja en el Laboratorio de exploración espacial y planetaria (LEEP) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile. Ahí se diseñaron y construyeron los diferentes componentes tecnológicos y científicos que fueron parte del Suchai I. Pero sus líneas de investigación no sólo están ligadas a la exploración espacial, sino también a otras áreas científicas:

CIENCIAS ESPACIALES

1.    MISIONES ESPACIALES: Estudios de la conexión sol-viento solar-magnetósfera-ionósfera con mediciones multipunto.

2.    INSTRUMENTACIÓN ESPACIAL: Sensores de plasma, detectores de partículas, magnetómetros, receptores GPS de múltiples frecuencias, receptores de radiofrecuencias (radioastronomía, radares pasivos), sistemas granulares para pruebas en micro-gravedad.

3.    TECNOLOGÍA ESPACIAL: Sistemas de software robustos y orientados al hardware, estimación de estado de salud de sistemas satelitales (en particular de baterías), comunicaciones de alta velocidad con Tierra y entre satélites, ruedas de reacción, sistemas de propulsión, sistemas de despliegues mecánicos y nuevos materiales, sistemas de control térmico pasivo, sistemas de estimación de posición ópticos (seguidor de estrellas), sistemas de localización para formación de vuelo (radares, cámaras, enlaces de radio), femto satélites para redes de sensores, y plataformas de globo de gran altura para pruebas y astronomía. Microsatélites que, apuntando hacia la Tierra, pueden ayudar al control del tráfico marítimo, el clima y los volcanes y, apuntando hacia el espacio, a realizar un mapa fotográfico del Universo en alta precisión.


femtosatélite

Picosatélite


INSTRUMENTACIÓN GEOFÍSICA

1.    ATMÓSFERA: Sistema de globo recuperable, fotómetro solar, y radar lluvia y nubes.

2.    SISMOLOGÍA: Estaciones sismológicas y procesamiento de señales para técnicas de tomografía sísmica y tomografía de ruido.

MEDICINA

Electrodos implantables para radiofrecuencia pulsada. Este sistema es relevante en el tratamiento del dolor crónico y Parkinson. Telemedicina usando nanosatélites.


En esta página se puede ver el especial Programa Espacial FCFM completo:



Según Eduardo Bendek, investigador del Centro Ames de la NASA: “Chile está entre los mejores lugares para instalar estaciones satelitales terrestres”.

Prueba de ello es que desde 1959 nuestro país cuenta con ventajas comparativas en instalaciones de apoyo para vehículos espaciales. 'Hoy los satélites se comunican por ondas radiales, pero tiene una limitación de ancho de banda. Por eso lo que ahora viene son las comunicaciones por láser y para ellas las nubes son un problema (…) El territorio nacional tiene lugares muy apropiados para la recepción de datos satelitales, tanto para las órbitas polares sincrónicas como para las comunicaciones por láser'. Lo mismo ocurre con los observatorios astronómicos, ubicados preferencialmente en el norte de Chile, que se destaca por sus cielos limpios.

El ingeniero chileno Eduardo Bendek trabaja en la NASA en el desarrollo de tecnología de observación para detectar planetas extrasolares similares a la Tierra.

* Fuente: El Mercurio, Vida - Ciencia – Tecnología, 2019-06-26

* Centro de Investigaciones Ames de la NASA, ubicado en Moffett Field, Mountain View, en el corazón del Valle del Silicio, California. Fue fundado en 1939, como un laboratorio de investigaciones aeronáuticas y en 1958 se convirtió en parte de la NASA. Lleva su nombre por Joseph Sweetman Ames, físico, académico y  rector de la Universidad Johns Hopkins.


7.- UN CHILENO ENTRENADO PARA ASTRONAUTA 

En el año 2000 cuando Neil A. Armstrong volvió a Chile, su anfitrión fue Klaus Von Storch, el único chileno entrenado para astronauta.


Klaus von Storch junto a monumento de Yuri Gagarin,
el primer hombre en volar al espacio exterior


* Klaus von Storch (n. Osorno, 1962) oficial en retiro de la Fuerza Aérea de Chile, piloto militar, ingeniero aeroespacial y candidato a astronauta. Dos veces ha estado cerca de viajar hacia la Estación Espacial Internacional, pero por fallas administrativas no ha sido posible concretarlo, la primera vez en una misión NASA y la segunda vez, como ingeniero de vuelo de la tripulación rusa y aún no pierde la esperanza de que su aspiración se vuelva realidad.

A mediano plazo, términos logísticos y financieros permitirán al comandante Klaus von Storch instalarse en una nave espacial rusa de lanzamiento, a comienzos del próximo año y ser llevado a la Estación Espacial Internacional.



8.- LA HISTORIA O MITO DE JENARO GAJARDO VERA, EL CHILENO DUEÑO DE LA LUNA

A pesar de todas estas hazañas espaciales, la Luna no tiene un dueño en particular más allá de ‘toda la humanidad’, al menos así está establecido en el Tratado de Espacio Exterior de la Organización de las Naciones Unidas, firmado por Estados Unidos, la Unión Soviética y el Reino Unido en enero de 1967 y que entró en vigor en octubre del mismo año.

Pero hay un chileno que se adjudicó la Luna y tras fallecer, en 1998, le entregó el satélite al pueblo chileno: Jenaro Gajardo Vera, abogado, pintor, poeta y amigo del Presidente Salvador Allende Gossens.

Conocido por haberse proclamado, desde el 25 de septiembre de 1954 hasta su muerte, el propietario legal de la Luna, acto jurídico inscrito en el conservador de bienes raíces de Talca.





Con el paso del tiempo, la noticia se conoció internacionalmente, alcanzando gran notoriedad. 




Pero lo más llamativo de la historia, es que previo a la misión lunar del Apolo 11, Jenaro Gajardo, en conformidad a las disposiciones legales internacionales, gestionó la revalidación de su dominio en Washington, USA. En 1969, previo al alunizaje, cuenta la leyenda que el presidente estadounidense Richard Nixon, en un acto protocolar muy llamativo, envió un comunicado a don Jenaro a través de la embajada norteamericana en Santiago de Chile. El comunicado en cuestión decía: “Solicito en nombre del pueblo de los Estados Unidos autorización para el descenso de los astronautas Aldrin, Collins y Armstrong en el satélite lunar que le pertenece”.

A ello Jenaro respondió: “En nombre de Jefferson, de Washington y del gran poeta Walt Whitman, autorizo el descenso de Aldrin, Collins y Armstrong en el satélite lunar que me pertenece, y lo que más me interesa no es sólo un feliz descenso de los astronautas, de esos valientes, sino también un feliz regreso a su patria. Gracias, señor Presidente”.

* Fuente: Diario La Nación, domingo 13 de octubre de 1968.

Lo suyo iba más allá. Lo suyo era, según proclamaba, un acto poético. Gajardo murió en 1998 y según su testamento, el satélite natural fue heredado a sus compatriotas. Ser dueño de algo inalcanzable para el resto de la humanidad, sólo se le podía ocurrir a un chileno y a un poeta.

Nació en noviembre de 1919 en la pequeña  localidad chilena de Traiguén, hijo de una profesora y un oficial de Ejército que además era veterinario. Creador de la ‘Sociedad Telescópica Interplanetaria’, en un acto de genialidad, se declaró dueño de la Luna el  25 de septiembre de 1954, tras presentarse ante el Notario de la sureña localidad de Talca, César Jiménez Fuenzalida, a quien solicitó dejar constancia de que se declaraba poseedor del satélite natural terrestre, describiendo sus medidas y límites. Fue miembro fundador de la Sociedad Los Cóndores de Talca.


Con gran ingenio audacia y conforme a las leyes nacionales, luego de la inscripción de la escritura, efectuó las correspondientes  tres publicaciones en el Diario Oficial Chileno, dando la oportunidad a quien ya tuviera algún derecho sobre el terreno, pudiese impugnar la solicitud.

Según señala la escritura: “Jenaro Gajardo Vera, abogado, es dueño, desde antes del año 1857, uniendo su posesión a la de sus antecesores, del astro, satélite único de la Tierra, de un diámetro de 3.475 kilómetros, denominada Luna, y cuyos deslindes por ser esferoidal son: Norte, Sur, Oriente y Poniente, espacio sideral. Fija su domicilio en calle 1 oriente 1270 y su estado civil es soltero. Jenaro Gajardo Vera Carné 1.487.45-K Ñuñoa Talca, 25 de septiembre de 1954.”

Obras literarias: ‘Algunas cosas sencillas’ (ensayos) ‘Copas de fuego’ (poesía) ‘El zapatero silencioso’ (cuento).

En 1953, el abogado Jenaro Gajardo Vera, registró la propiedad de la Luna, cancelando unos 42.000 pesos de la época (unos 67.7833 euros al cambio actual), lo que obligó al ex presidente estadounidense Richard Nixon a pedirle permiso para el alunizaje de la Apolo 11 en 1969.

* Fuente: Diario "La Tercera" Especial aniversario 50 años 12/10/2000

Efectuada la inscripción en el conservador raíces de Talca, podría haber sido anulada, en razón que el artículo 585 inciso 1 del Código Civil Chileno señala que: "Las cosas que la naturaleza ha hecho comunes a todos los hombres, como la alta mar, no son susceptibles de dominio, y ninguna nación, corporación o individuo tiene el derecho de apropiárselas."

La Luna es un objeto, natural y existe, por tanto es factible de registrar y tomar posesión física como propiedad, pero esta fuera del territorio nacional y Chile no tiene pretensiones territoriales más allá de sus fronteras actuales.

Marco Gajardo, su sobrino, cuenta: “Soy sobrino de este hombre que fue dueño de la Luna 15 años antes de que el hombre pisara en ella. Aunque algunos piensen que el parentesco me hizo millonario o heredero de una parcela en el satélite, hoy la Luna nos pertenece a todos porque mi tío la entregó a la humanidad antes de morir en 1998. De mis tíos, él era el más romántico, el más excéntrico, el más soñador. Abogado, escritor y pintor, era muy cercano a mi padre, Óscar. Compartían el amor por la poesía y la conversación. En su casa en Olmué cantaban boleros y se divertían, siempre con una copa de vino. Tan unidos eran, que no me extrañó que una vez que mi tío falleció, mi papá partiera detrasito de él.”

* Fuente: Marco Gajardo: “Mi tío fue dueño de la Luna” La Tercera 12 de julio de 2019

“Como era amistoso fue a inscribirse al exclusivo club social que reunía a los talquinos de renombre. La historia cuenta que allí le negaron la membresía, porque era requisito tener una hacienda o una propiedad. Y mi tío -que ya había escrito tres libros- sólo tenía bienes intelectuales. Ese día, molesto porque le dieran tanta importancia a las cosas materiales, se fue caminando a la plaza. Entonces miró el cielo, vio la luna llena y se inspiró: ¿por qué no hacerla suya? Al día siguiente fue al Conservador de Bienes Raíces a inscribirla a su nombre. Cuentan que allí, don César Jiménez Fuenzalida le dijo que efectivamente podía patentarla, pero le preguntó si estaba loco. Al tío Jenaro no le importó. Realizó tres publicaciones en el Diario Oficial y, como nadie reclamó, recibió la inscripción de la Luna el 25 de septiembre de 1954. Así dice en los documentos. Con título en mano, regresó al club social y mostró los papeles. Según mi tío, el hombre que lo había rechazado le dijo: ‘Perdóname, me has dado una lección’. Pero lo más divertido, decía él, fue cuando llegaron de Impuestos Internos a cobrarle las contribuciones de la Luna. Se dio cuenta del tremendo lío en que estaba metido, pero les contestó con humor: ‘Perfecto. Yo pago la deuda. Pero exijo que visiten mi propiedad y la tasen primero. Luego me pasan la factura’. También me contaron que un ministro de la Corte Suprema le dijo que si él había patentado la Luna, entonces él haría lo mismo con Marte. Pero mi tío sabía que eso era imposible. Le contestó que al ser un planeta y no pertenecer a la Tierra -como sí pasaba con la Luna-, no podía ser inscrito. Luego, frente a la Suprema se puso a declamar el Sermón de la Montaña. Se lo sabía de memoria. Murió a los 79 en Santo Domingo, habiendo manifestado:


“DEJO A MI PUEBLO LA LUNA, LLENA DE AMOR POR SUS PENAS”.


Ricardo Melgarejo, miembro de la Sociedad Los Cóndores de Talca, se refiere al caso:

Don Jenaro, según explicó, tenía dos grandes objetivos. El primero, efectuar un acto poético de protesta interviniendo en la selección de los posibles habitantes del satélite. Planeaba habitar un mundo sin violencia, envidia, odio ni vicios. El segundo, comprar la Luna para poder formar parte del Club Social de Talca, para el cual era requisito de afiliación tener alguna propiedad. En 1969, previo al  alunizaje, el presidente estadounidense Richard Nixon, en un acto protocolar muy llamativo, envió un comunicado a Don Jenaro mediante la embajada norteamericana en Santiago de Chile.

Fuentes:



Revista Aerohistoria del Instituto de Investigaciones Histórico Aeronáuticas de Chile - Junio 2019.


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