Michelangelo Caeavaggio - Narcissus (1598-99) Galleria Nazionale d'Arte Antica, Rome |
Las aguas lloran
cuando Narciso ha muerto
y no viene más
para verse reflejado en ellas,
pero no lloran por él sino por sí mismas,
porque ya no pueden ver
su propia belleza
reflejada en sus ojos.
MIA
MIA
* * *
El reflejo
Un microcuento de Oscar Wilde
Cuando murió Narciso las flores de los campos quedaron desoladas y solicitaron al río gotas de agua para llorarlo.
-¡Oh! -les respondió el río- aun cuando todas mis gotas de agua se convirtieran en lágrimas, no tendría suficientes para llorar yo mismo a Narciso: yo lo amaba.
-¡Oh! -prosiguieron las flores de los campos- ¿cómo no ibas a amar a Narciso? Era hermoso.
-¿Era hermoso? -preguntó el río.
-¿Y quién mejor que tú para saberlo? -dijeron las flores-. Todos los días se inclinaba sobre tu ribazo, contemplaba en tus aguas su belleza...
-Si yo lo amaba -respondió el río- es porque, cuando se inclinaba sobre mí, veía yo en sus ojos el reflejo de mis aguas.
* * *
El tema de Narciso, muy recurrente en la poesía italiana y en la literatura en general, no así en la pintura, ha sido tomado de Las metamorfosis de Ovidio.
El Mito que habla del hermoso joven que se quedó absorto en el reflejo de su propia imagen en un estanque, fue representado magistralmente por Caravaggio.
En la mitología griega, Narciso era un joven conocido por su gran belleza. Las doncellas se enamoraban fácilmente de él a causa de su extraordinaria belleza, mas él las rechazaba. Entre las jóvenes heridas por su amor está la ninfa Eco, quien había sido castigada por Hera a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera. Eco fue, por tanto, incapaz de hablarle a Narciso de su amor, pero un día, cuando él estaba caminando por el bosque, Eco se le acercó permaneciendo oculta entre los árboles Cuando él preguntó «¿Hay alguien aquí?», Eco respondió: «Aquí, aquí». Incapaz de verla, Narciso le gritó: «¡Ven!». Después de responder: «Ven», Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se burló de su amor y la ninfa desolada, se ocultó en una cueva donde se consumió hasta que sólo quedó su voz.
Para castigar a Narciso por su maldad, Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se enamorara de su propio rostro reflejado en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su reflejo, al intentar besar la imagen reflejada, acabó cayendo a las aguas donde murió ahogado, pero los dioses le concedieron convertirse en la flor que lleva su nombre, perpetuamente inclinada sobre el agua para poderse contemplar por toda la eternidad.
El Mito que habla del hermoso joven que se quedó absorto en el reflejo de su propia imagen en un estanque, fue representado magistralmente por Caravaggio.
Echo_and_Narcissus - John William Waterhouse (1903) |
En la mitología griega, Narciso era un joven conocido por su gran belleza. Las doncellas se enamoraban fácilmente de él a causa de su extraordinaria belleza, mas él las rechazaba. Entre las jóvenes heridas por su amor está la ninfa Eco, quien había sido castigada por Hera a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera. Eco fue, por tanto, incapaz de hablarle a Narciso de su amor, pero un día, cuando él estaba caminando por el bosque, Eco se le acercó permaneciendo oculta entre los árboles Cuando él preguntó «¿Hay alguien aquí?», Eco respondió: «Aquí, aquí». Incapaz de verla, Narciso le gritó: «¡Ven!». Después de responder: «Ven», Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se burló de su amor y la ninfa desolada, se ocultó en una cueva donde se consumió hasta que sólo quedó su voz.
Para castigar a Narciso por su maldad, Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se enamorara de su propio rostro reflejado en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su reflejo, al intentar besar la imagen reflejada, acabó cayendo a las aguas donde murió ahogado, pero los dioses le concedieron convertirse en la flor que lleva su nombre, perpetuamente inclinada sobre el agua para poderse contemplar por toda la eternidad.
Caravaggio emplea una composición sencilla para plasmar el tema. Esta técnica proporciona una gran cercanía al personaje que se percibe con gran autenticidad, como en una fotografía, donde el cuerpo retratado está demasiado próximo el espectador. Es por esto que las figuras de Caravaggio suelen tener un tamaño casi natural, lo que aumenta la sensación de proximidad con ellas.
El lienzo está limpiamente seccionado en dos mitades, por el personaje que describe con su cuerpo una figura geométrica rectangular casi perfecta, con un arco de luz sobre sus brazos, cuello y rostro, equilibrado con el destello central de la rodilla.
En la mitad inferior le responde con armonía el reflejo del joven, más atenuado, perdido en el estanque, significando la fatuidad y lo superficial de la belleza física, no más estable que el reflejo trémulo de la superficie del agua.
Esta obra se enmarca en el estilo tan característico de Caravaggio, con sus contrates violentos de luces y sombras, la “luz de bodega” y el “tenebrismo” que usaba, lo que subraya el vigor plástico de las formas que adquieren en sus obras aún mayor relieve gracias a los escorzos enérgicos y a la asimetría de las composiciones.
"El contraste de claro-oscuro se obtiene mediante la gama de grises o utilizando el blanco y el negro. El punto extremo está representado por blanco y negro, observándose la proporción de cada uno. Un ejemplo de este contraste, lo encontramos en Narciso (1594-1596) de Caravaggio."
* Ingrid Calvo Ivanovic, Diseñadora Gráfica titulada en la Universidad de Chile. Miembro individual de la Asociación Internacional del Color (AIC).
Michelangelo Merisi da Caravaggio (Milán, 1571 – Porto Ércole, 1610) pintor italiano activo en Roma, Nápoles, Malta y Sicilia entre los años de 1593 y 1610. Es considerado como el primer gran exponente de la pintura del Barroco, en la Escuela naturalista italiana.
El claroscuro llegó a escena mucho antes del arribo de Caravaggio a la pintura, pero fue éste quien le dio la técnica definitiva, oscureciendo las sombras y transformando el objeto en un eje de la luz, cada vez más penetrante. De este modo los pintores lograron plasmar el físico y la psicología de los personajes de una forma cada vez más real y aguda. Su influencia en el claroscuro y en la interpretación del realismo psicológico perduró a través de los tiempos.
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