Cada año en 12 de Octubre, el día en que en nuestra infancia celebrábamos sin mayores contradicciones el llamado "Día de la raza", después de la mayor conciencia adquirida con los años, continúo celebrando en este día todo aquello que recibí desde estos dos nobles pueblos que conforman mi pueblo de Chile. Entonces, creo que nadie mejor que Pablo Neruda lo expresa, a traves de estas líneas:
Woman in red - Andrew Antroshenko |
LAS PALABRAS
...Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan.
Me prosterno ante ellas... Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito... Amo todas las palabras. Las inesperadas... Las que glotonamente se esperan, se escuchan, hasta que de pronto caen...
Vocablos amados. Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío... Persigo algunas palabras...
Son tan hermosas que las quiero poner en mi poema. Las agarro al vuelo cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas... Y entonces, las revuelvo, las agito, me las bebo, las trituro, las libero, las emperejilo...
Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola.
Todo está en la palabra. Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se colocó dentro de una frase que no la esperaba...
Tienen sombra, transparencia, peso, plumas. Tienen todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto trasmigrar de patria, de tanto ser raíces... Son antiquísimas y recientísimas. Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada...
Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos. Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, tabaco negro, oro, maíz con un apetito voraz.
Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías... Pero a los conquistadores se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí, resplandecientes... el idioma. Salimos perdiendo... salimos ganando.
Se llevaron el oro y nos dejaron el oro. Se llevaron mucho y nos dejaron mucho...
Nos dejaron las palabras.
“Confieso que he vivido”, libro póstumo de memorias de Pablo Neruda (1974)
*** Creo que todos, en mayor o menor grado, hemos sentido la contradicción de reconocer y denunciar los abusos que se cometieron durante la Conquista, pero al mismo tiempo agradecer el traspaso de elementos culturales del Viejo Mundo, como el idioma y la Fe. La lengua de Garcilaso de la Vega, Cervantes, de Lorca, de Machado y de tantos otros con que nos ha regalado España.
"Se llevaron el oro y nos dejaron el oro..."
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