I will wait for you

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"Expectations" - Christophe Vacher

domingo, 26 de junio de 2011

"Porque la belleza siempre perdura en el recuerdo..."





"Cuando tú leas estos cantos,  yo que ahora soy visible, 
me habré tornado invisible. 
Entonces serás tú,  compacto y visible, 
quien realizará mis poemas,  quien se esforzará en seguirme, 
imaginándote cuán feliz serías
si yo pudiese estar contigo y convertirme en tu compañero. 
Que sea,  como si yo estuviera a tu lado
- no creas demasiado que no estoy ahora junto a tí."  

Walt Whitman



Leyendo unos post de amigos,  sobre la muerte de seres queridos,  pensé en este tema que desarrollo nutriéndome en  ANAM CARA,  el libro de la Sabiduría Celta.   Los escritos de su autor son de carácter metafísico y abundan de esa belleza de correlaciones entre la filosofía celta y la cristiana.   Su punto de partida es pues la de un creyente,  lo digo de antemano,  para no levantar reacciones intolerantes de quienes no compartan mi perspectiva.  Siempre he creido que podemos pensar distinto,  pero escuchar al otro nos hace más sabios.

La muerte es una presencia que recorre con nosotros todo el camino de nuestra vida,  desde la concepción misma.  De hecho se sostiene que al nacer empezamos a morir un poco cada día.







Podemos y debemos prepararnos para el encuentro con la muerte,  de manera que el paso sea lo menos traumático posible,  buscando la armonía y desterrando los miedos, desprendiéndonos de todo aquello que nos encadena.  "Cuando aprendes a desprenderte,  tu vida gana en generosidad,  amplitud y aliento".

Así aprendemos a convivir con nuestros vacíos,  para que puedan ser llenados por el TODO  de nuestra propia plenitud.   Para el creyente es una señal de que el alma anhela transfigurar la Nada de la muerte en la plenitud de una vida eterna, que ninguna muerte pueda tocar.

Heráclito sostenía que «el alma no tiene límites».  Cuando ésta se libera con la muerte,  emprende un viaje en pos de horizontes ilimitados.  Al morir la persona va al encuentro con su identidad más profunda.   Es el encuentro con nuestra «protopresencia» o presencia prístina de nuestro ser.

Al morir el alma ya libre "entra en un universo libre y vaporoso de comunión espiritual" con el todo universal.  Los conceptos propios de este mundo como tiempo y espacio se rompen,  se superan.  La idea lineal de tiempo desaparece y aparece en cambio una idea de círculo que todo lo contiene.  (El círculo es un símbolo fundamental de la cultura celta,  originada en su visión cósmica,  a partir del sol,  fuente de vida.  El cristianismo lo asimiló a Jesucristo y de allí las cruces celtas encerradas en un círculo).



Cementerio de Clonmacnoise, abadía y conjunto monástico paleocristiano situado a orillas del Río Shannon,
en el Condado de Offaly, Irlanda.


La vida oscila entre dos aparentes oscuridades desconocidas:  de donde venimos y a donde vamos.


Samuel Beckett,  poeta y escritor irlandés en un breve cuadro dramático llamado "Aliento",  lo plantea de este modo:  al nacer,  con la primera palmada lloramos pero ese llanto es en realidad la apertura al respiro,  luego toda nuestra vida es un largo aliento,  que termina en el suspiro de la muerte (es pertinente recordar que en el judaismo y el cristianismo se concibe al Espíritu Santo como RUAH ,  aliento de vida).    Según Beckett el tiempo que media entre los tres (respiro - aliento - suspiro),  es relativo,  concorde a la misma concepción del tiempo y espacio de Einstein.

Con la muerte de un ser querido,  la soledad, el vacío que deja su ausencia,  no se puede colmar,  es mejor prepararnos a vivir con ella.

Al morir,  nuestro cuerpo, que es nuestro envoltorio visible,  requiere de un lugar,  una tumba,  la tierra se abre para recibirnos,  como una cesarea inversa,  el cuerpo baja a los abismos terrenos y el alma asciende buscando su morada,  en el regreso a casa.

Al hacer un balance final de nuestro paso por este mundo,  parafraseando a Rilke,  tendríamos que decir:  «Haber estado aquí ya es mucho».

Volviendo a la idea del vacío que sentimos como anticipo a la muerte y con la muerte misma,  no lo debemos mirar como algo negativo,  como ausencia,  sino como posibilidad,  el poeta escocés Norman MacCaig lo resume en un hermoso poema:

DONES

"Te doy un vacío
te doy una plenitud
desenvuélvelos con cuidado
—uno es tan frágil como el otro—
y cuando me des las gracias
fingiré no advertir la duda en tu voz
cuando digas que es lo que deseabas.
Déjalos en la mesa que tienes junto a la cama.
Cuando despiertes por la mañana
habrán penetrado en tu cabeza
por la puerta del sueño.
Dondequiera que vayas
irán contigo y dondequiera que estés
te maravillarás sonriente de la plenitud
a la que nada puedes sumar
y el vacío que puedes colmar."


El Maestro Eckhart se preguntó: «¿Adonde va el alma de una persona cuando muere?». Y respondió: «A ninguna parte». ¿A qué otro lugar podría ir el alma? ¿En qué otro lugar está el mundo eterno? Sólo puede estar aquí.  Lo hemos desfigurado al espacializarlo.  Hemos expulsado lo eterno hacia una suerte de galaxia remota.  Sin embargo, el mundo eterno no parece ser un lugar, sino un estado del ser distinto.   Nuestros muertos son nuestros vecinos más próximos.  No los podemos ver,  pero podemos intuir su presencia entorno nuestro.

"Yo creo que nuestros amigos entre los muertos se ocupan de nosotros y nos cuidan."  - dice el autor de Anam Cara,  por eso no tendríamos que llorar su ausencia,  que no los veamos no significa que no estén allí.  Tampoco tendríamos que llorar por ellos.  "Están en casa. Están con Dios, de donde vinieron. Han regresado al nido de su identidad, dentro del gran círculo de Dios."

  
R.S. Thomas escribió un hermoso poema sobre la concepción de la eternidad" :

"Creo que tal vez
estaré un poco más seguro
de estar un poco más cerca.
Eso es todo. La eternidad
es comprender
que ese poco es más que suficiente."


Kahlil Gibran explica que la unidad en la amistad que llamamos Anam Cara derrota incluso a la muerte:

«Nacisteis juntos y juntos estaréis por siempre. Estaréis juntos cuando las alas blancas de la muerte esparzan vuestros días. Oh, sí, estaréis juntos incluso en el silencioso recuerdo de Dios».
  

Wicklow-mountains-Ireland


Para terminar,  quedemos con esta belleza poética a modo de paráfrasis:

EL ESPLENDOR EN LA HIERBA

Aunque mis ojos
ya no puedan ver ese puro destello,
que me deslumbraba.

Aunque ya nada pueda devolver la hora
del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no hay que afligirse.

Porque la belleza
siempre perdura en el recuerdo.
  
William Wordsworth


MIA


Ref.

ANAM CARA,  el libro de la Sabiduría CeltaJohn O'Donohue,  sacerdote irlandés,  teólogo,  filósofo y poeta,  fallecido en 2008.

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