MUERTOS
En los húmedos bosques, en otoño,
al llegar de los fríos, cuando rojas,
vuelan sobre los musgos y las ramas,
en torbellinos, las marchitas hojas,
la niebla al extenderse en el vacío
le da al paisaje mustio un tono incierto
y el follaje do huyó la savia ardiente
tiene un adiós para el verano muerto
y un color opaco y triste
como el recuerdo borroso
de lo que fue y ya no existe.
En los antiguos cuartos hay armarios
que en el rincón más íntimo y discreto,
de pasadas locuras y pasiones
guardan, con un aroma de secreto,
viejas cartas de amor, ya desteñidas,
que obligan a evocar tiempos mejores,
y ramilletes negros y marchitos,
que son como cadáveres de flores
y tienen un olor triste
como el recuerdo borroso
de lo que fue y ya no existe.
Y en las almas amantes cuando piensan
en perdidos afectos y ternuras
que de la soledad de ignotos días
no vendrán a endulzar horas futuras,
hay el hondo cansancio que en la lucha
acaba de matar a los heridos,
vago como el color del bosque mustio,
como el olor de los perfumes idos,
¡y el cansancio aquel es triste
como el recuerdo borroso
de lo que fue y ya no existe.
* * *
* José Asunción Silva: (Bogotá, 1865 - 1896), poeta colombiano, uno de los más importantes precursores del modernismo. Muere en la pobreza absoluta y sus últimos cuatro pesos lo destina a un ramo de flores para su hermana. La noche del 23 de mayo (o la madrugada del día 24) de 1896, tras una pequeña velada con algunos amigos, el poeta se disparó un tiro en el corazón, donde previamente se había hecho dibujar una cruz por el médico y amigo de infancia Juan Evangelista Manrique. Había demostrado cierta obsesión acerca del tema de la muerte, en la cabecera de su lecho de muerte se encontró "El triunfo de la Muerte" de Gabriele D'Annunzio. Antes había dicho a su amigo Baldomero Sanín Cano, citando a Maurice Barrés: "Los suicidas se matan por falta de imaginación".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
"Las distancias tocadas por la gracia vuelven amigos a los extraños."