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"Expectations" - Christophe Vacher

miércoles, 19 de octubre de 2011

"Todo es según el color del cristal con que se mira"

¿De dónde proviene esta frase que citamos constantemente, muchas veces ignorando a su autor?


"Todo es según el color del cristal con que se mira"


Corresponden a unos versos de Ramón de Campoamor, poeta español
1817-1901), de la corriente literaria del Realismo, de su poema "Las dos linternas" 


Diogenes looking for a man - atribuido a JHW Tischbein



LAS DOS LINTERNAS


De Diógenes compré un día 
la linterna a un mercader; 
distan la suya y la mía 
cuanto hay de ser a no ser. 
Blanca la mía parece; 
la suya parece negra; 
la de él todo lo entristece; 
la mía todo lo alegra. 
Y es que en el mundo traidor 
nada hay verdad ni mentira; 
todo es según el color 
del cristal con que se mira. 

II 

- Con mi linterna - él decía- 
no hallo un hombre entre los seres-. 
¡Y yo que hallo con la mía 
hombres hasta en las mujeres! 
él llamó, siempre implacable, 
fe y virtud teniendo en poco, 
a Alejandro, un miserable, 
y al gran Sócrates, un loco. 
Y yo ¡crédulo! entretanto, 
cuando mi linterna empleo, 
miro aquí, y encuentro un santo, 
miro allá, y un mártir veo. 
¡Sí! mientras la multitud 
sacrifica con paciencia 
la dicha por la virtud 
y por la fe la existencia, 
para él virtud fue simpleza, 
el más puro amor escoria, 
vana ilusión la grandeza, 
y una necedad la gloria. 
¡Diógenes! Mientras tu celo 
sólo encuentra sin fortuna, 
en Esparta algún chicuelo 
y hombres en parte ninguna, 
yo te juro por mi nombre 
que, con sufrir al nacer, 
es un héroe cualquier hombre, 
y un ángel toda mujer. 

III 

Como al revés contemplamos 
yo y él las obras de Dios, 
Diógenes o yo engañamos. 
¿Cuál mentirá de los dos? 
¿Quién es en pintar más fiel 
las obras que Dios creó? 
El cinismo dirá que él; 
la virtud dirá que yo. 

Y es que en el mundo traidor 
nada hay verdad ni mentira: 
todo es según el color 
del cristal con que se mira. 



De su obra "Doloras”,  1846


* * * 

*  Diógenes:  Nació en la colonia griega de Sinope, en el año 412 a.C. y murió en Corinto en 323 a. C. Su padre perdió todos sus bienes y Diógenes se convirtió en un vagabundo que vivía el día a día,  sin preocuparse de nada.  Ante una plantación de olivares y una viña silvestre, se dio cuenta que la naturaleza proporciona a los hombres todo lo que necesitan para vivir, que no es necesario preocuparse por cosas superfluas. Desde ese momento, llevó una vida sencilla, austera y natural,  vivía en un tonel; y se dio a la tarea de denunciar los vicios y proclamar que la virtud es el bien supremo,  por sobre la ciencia, los honores, las riquezas,  todos falsos bienes que hay que despreciar.

A Diógenes, se le recuerda como un cínico,  y la tradición dice que de allí deriva este término, al estar Diógenes siempre rodeado de perros,  sus contemporáneos lo llamaban kynikos, forma adjetiva de kyon, perro.

Un día se puso a caminar por la ciudad con una linterna. Parecía haber perdido algo. La gente le preguntaba que hacía, y Diógenes respondía: “Busco a un hombre”. Apartaba a las personas que encontraba, diciendo que sólo eran escombros, y que quería encontrar a un hombre honesto.

Se estableció,  hasta su muerte, en Corinto donde fue considerado un gran sabio,  lo mismo que en Atenas.

Su epitafio:

-Dime, perro, ¿de quién guardas la tumba?

-Del perro.

-¿Y quién es ese hombre, el perro?

-Diógenes.

-¿De que país?

-De Sinope.

-¿Aquél que vivía en un tonel?

-Ése. Y ahora está muerto y habita entre los astros.


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