¿De dónde proviene esta frase que citamos constantemente, muchas veces ignorando a su autor?
"Todo es según el color del cristal con que se mira"
Corresponden a unos versos de Ramón de Campoamor, poeta español
1817-1901), de la corriente literaria del Realismo, de su poema "Las dos linternas"
Diogenes looking for a man - atribuido a JHW Tischbein |
LAS DOS LINTERNAS
I
De Diógenes compré un día
la linterna a un mercader;
distan la suya y la mía
cuanto hay de ser a no ser.
Blanca la mía parece;
la suya parece negra;
la de él todo lo entristece;
la mía todo lo alegra.
Y es que en el mundo traidor
nada hay verdad ni mentira;
todo es según el color
del cristal con que se mira.
II
- Con mi linterna - él decía-
no hallo un hombre entre los seres-.
¡Y yo que hallo con la mía
hombres hasta en las mujeres!
él llamó, siempre implacable,
fe y virtud teniendo en poco,
a Alejandro, un miserable,
y al gran Sócrates, un loco.
Y yo ¡crédulo! entretanto,
cuando mi linterna empleo,
miro aquí, y encuentro un santo,
miro allá, y un mártir veo.
¡Sí! mientras la multitud
sacrifica con paciencia
la dicha por la virtud
y por la fe la existencia,
para él virtud fue simpleza,
el más puro amor escoria,
vana ilusión la grandeza,
y una necedad la gloria.
¡Diógenes! Mientras tu celo
sólo encuentra sin fortuna,
en Esparta algún chicuelo
y hombres en parte ninguna,
yo te juro por mi nombre
que, con sufrir al nacer,
es un héroe cualquier hombre,
y un ángel toda mujer.
III
Como al revés contemplamos
yo y él las obras de Dios,
Diógenes o yo engañamos.
¿Cuál mentirá de los dos?
¿Quién es en pintar más fiel
las obras que Dios creó?
El cinismo dirá que él;
la virtud dirá que yo.
Y es que en el mundo traidor
nada hay verdad ni mentira:
todo es según el color
del cristal con que se mira.
De su obra "Doloras”, 1846
* * *
* * *
* Diógenes: Nació en la colonia griega de Sinope, en el año 412 a.C. y murió en Corinto en 323 a. C. Su padre perdió todos sus bienes y Diógenes se convirtió en un vagabundo que vivía el día a día, sin preocuparse de nada. Ante una plantación de olivares y una viña silvestre, se dio cuenta que la naturaleza proporciona a los hombres todo lo que necesitan para vivir, que no es necesario preocuparse por cosas superfluas. Desde ese momento, llevó una vida sencilla, austera y natural, vivía en un tonel; y se dio a la tarea de denunciar los vicios y proclamar que la virtud es el bien supremo, por sobre la ciencia, los honores, las riquezas, todos falsos bienes que hay que despreciar.
A Diógenes, se le recuerda como un cínico, y la tradición dice que de allí deriva este término, al estar Diógenes siempre rodeado de perros, sus contemporáneos lo llamaban kynikos, forma adjetiva de kyon, perro.
Un día se puso a caminar por la ciudad con una linterna. Parecía haber perdido algo. La gente le preguntaba que hacía, y Diógenes respondía: “Busco a un hombre”. Apartaba a las personas que encontraba, diciendo que sólo eran escombros, y que quería encontrar a un hombre honesto.
Se estableció, hasta su muerte, en Corinto donde fue considerado un gran sabio, lo mismo que en Atenas.
Su epitafio:
-Dime, perro, ¿de quién guardas la tumba?
-Del perro.
-¿Y quién es ese hombre, el perro?
-Diógenes.
-¿De que país?
-De Sinope.
-¿Aquél que vivía en un tonel?
-Ése. Y ahora está muerto y habita entre los astros.
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