I will wait for you

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"Expectations" - Christophe Vacher

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Toma este vals que se muere en mis brazos (Pequeño vals vienés)

Enamorados  -  Sergio Enrique Vise Rivas


Leonard Cohen ejerce una extraña fascinación en mí.  Debe ser porque encarna las cosas que más me interesan en esta vida:  la belleza, el amor, la melancolía, la espiritualidad, la humanidad, el arte en todas sus formas,  en especial la poesía y la música.  Así que recibí con mucha satisfacción la noticia de que España le concedía el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, que le fue entregado el 21 de octubre de este año.

Leonard Norman Cohen, poeta, novelista, músico y cantante canadiense, es además miembro de la Orden de Canadá y de la Orden Nacional de Quebec.  Nació en Montreal, Canadá, el 21 de septiembre de 1934, en el seno de una familia judía de clase media, de ascendencia lituana,  y pasó su infancia en Westmount.

Cohen tiene un registro extraordinariamente grave, en un estilo conocido como Crooner,  un término estadounidense que se aplica a cantantes masculinos que interpretan un tipo concreto de baladas con una voz grave.  Es la versión nueva del trovador,  con raíces en el Bel canto de la Ópera italiana y en los intérpretes vocales de Jazz. Entre los más destacados de todos los tiempos están:   Frank Sinatra, Bing Crosby, Dean Martin, Tony Bennet, Tom Jones o Engelbert Humperdinck, Nat King Cole, Paul Anka, Sammy Davis Jr., Neil Sedaka, Bobby Darin, Del Shannon, Michael Bublé, Nino Bravo, Scott Walker, Serge Gainsbourg, Leonard Cohen, Nick Cave, Mark Lanegan.
¡Todos ellos una delicia para los oídos!






En su discurso al recibir el Premio Príncipe de Asturias, hizo especial referencia a la influencia española en su obra, partiendo por una extraña experiencia que tuvo con un joven guitarrista español, que conoció en un parque frente a la casa de su madre.  Quien,  apenas en tres clases particulares, le enseñó 6 acordes básicos del flamenco, en los que basará toda su música.  Luego de la tercera clase,  no lo volvió a ver y posteriormente se enteró de que el joven músico se había quitado la vida.  Movido por este interés,  a fines de la década de los 60, Cohen adquirió la guitarra española “Conde”.  Pero por sobre todo, está su estrecha cercanía con Federico García Lorca, de la que se siente especialmente orgulloso:  Entre 1956-57 Cohen estudió en la Universidad de Columbia en Nueva York, como lo había hecho Federico en 1929.  En su honor decidió llamar Lorca a su hija. 





En su discurso de aceptación del Premio Príncipe de AsturiasCohen reconoció:

“Cuando estaba haciendo el equipaje en Los Ángeles me sentía inquieto porque siempre he tenido cierta ambigüedad sobre la poesía. Viene de un lugar que nadie controla, que nadie conquista. Es decir, si supiera de dónde vienen las canciones las haría con más frecuencia. Es difícil aceptar un premio por una actividad que en realidad no controlo. Haciendo el equipaje para venir, cogí mi guitarra Conde, hecha en España hace 40 años más o menos. La saqué de la caja y parecía hecha de helio, muy ligera. Me la puse en la cara y la olí, está muy bien diseñada, la fragancia de la madera viva. Sabemos que la madera nunca acaba de morir y por eso olía el cedro, tan fresco, como si fuera el primer día, cuando compré la guitarra hace 40 años. Y una voz parecía decirme: "Eres un hombre viejo y no has dado las gracias, no has devuelto tu gratitud a quien la merece: el suelo, la tierra, al pueblo que te ha dado tanto". Porque igual que un hombre no es un DNI, una calificación de deuda tampoco es un país. Ustedes saben de mi fuerte asociación con Federico García Lorca y puedo decir que mientras era joven y adolescente no encontré una voz y solo cuando leí a Lorca, en una traducción, encontré una voz que me dio permiso para descubrir mi propia voz, para ubicar mi yo, un yo que aún no está terminado.

Al hacerme mayor supe que las instrucciones venían con esa voz. ¿Y qué instrucciones eran esas? Nunca lamentar. Y si queremos expresar la derrota que nos ataca a todos tiene que ser en los confines estrictos de la dignidad y de la belleza. Así que ya tenía una voz, pero no tenía el instrumento para expresarla. No tenía una canción. Y ahora voy a contarles brevemente la historia de cómo conseguí mi canción.”

Es entonces cuando narra la historia del joven guitarrista de flamenco y sobre su extraña muerte agrega:

“Sentí una enorme tristeza. Nunca antes había contado esto en público. Esos seis acordes, esa pauta de sonido, ha sido la base de todas mis canciones y de toda mi música y quizá ahora puedan comenzar a entender la magnitud del agradecimiento que tengo a este país. Todo lo que han encontrado favorable en mi obra viene de esta historia que les acabo de contar. Toda mi obra está inspirada por esta tierra. Así que gracias por celebrarla porque es suya, solo me han permitido poner mi firma al final de la última página.”




* * *


La letra de Take this Waltz del álbum I'm your Man (1988), es una adaptación del poema "Pequeño vals vienés",  de Poeta en Nueva York (1929 - 1930) de Federico García Lorca.  La canción también ha sido interpretada por Enrique Morente y Lagartija Nick, en su álbum Omega (1996), y por Ana Belén en su álbum Lorquiana (1998).







PEQUEÑO VALS VIENÉS

Federico Garcia Lorca (Granada 1898-1936)


En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.

Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.

Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.

En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados,
hay frescas guirnaldas de llanto.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.

Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals del "Te quiero siempre".

En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.

De Poeta en Nueva York (1930)

* * * 






TAKE THIS WALTZ (1988)

Leonard Cohen (Montreal, Canadá, 1934)



Ahora hay en Viena diez bellas muchachas,
un hombro al que acude la muerte a llorar,
una sala con novecientas ventanas
y un árbol al que van las palomas a morir.
Y un fragmento de la mañana hecha pedazos
colgado en el Museo de la Escarcha.

Ay, Ay, Ay, Ay
Toma este vals, toma este vals,
toma este vals con la boca amordazada.

¡Oh!, te quiero, te quiero, te quiero,
en una silla con una revista muerta,
en la cueva elevada del lirio
y en aquellos pasillos que el amor nunca pisó.
En una cama donde ha estado sudando la Luna
en un grito lleno de huellas y arena.

Ay, Ay, Ay, Ay
Toma este vals, toma este vals,
toma su quebrada cintura en tu mano.

Este vals, este vals, este vals, este vals,
con su típico aliento de coñac y muerte,
arrastrando su cola en el mar.

Hay una sala de conciertos en Viena
donde tu boca mil comentarios suscitó.
Hay un bar donde los muchachos han enmudecido
porque la melancolía a muerte los sentenció.
¡Ah!, pero ¿quién reclama tu retrato
con una fresca guirnalda de lágrimas?

Ay, Ay, Ay, Ay
Toma este vals, toma este vals,
que despacio agoniza.

Hay un desván en el que juegan niños,
donde pronto he de acostarme contigo
para soñar con farolillos húngaros
en la bruma de algún dulce atardecer.
Y veré si has encadenado tus penas,
todas tus ovejas y tus lirios de nieve.

Ay, Ay, Ay, Ay
Toma este vals, toma este vals,
con su "¡Ya sabes que nunca te olvidaré!"

Este vals, este vals, este vals, este vals,
con su típico aliento de coñac y muerte,
arrastrando su cola en el mar.

Y bailaré contigo en Viena
disfrazado de río:
el jacinto silvestre en mi hombro
y mi boca en el rocío de tus muslos.
Y enterraré mi alma en un album de recuerdos
con las fotografías allí, sobre el musgo.

Y me rendiré a tu desbordante belleza
con mi pobre violín y mi cruz,
para que me hagas caer con tu baile
a los flujos que tu muñeca desencadena.

¡Oh mi amor, Oh mi amor!
Toma este vals, toma este vals:
es tuyo ahora, es todo lo que hay.

* * *

Luna  -  Amaia Gautxori


Take this Waltz 


Now in Vienna there's ten pretty women
There's a shoulder where Death comes to cry
There's a lobby with nine hundred windows
There's a tree where the doves go to die
There's a piece that was torn from the morning
And it hangs in the Gallery of Frost

Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz with the clamp on its jaws
Oh I want you, I want you, I want you
On a chair with a dead magazine
In the cave at the tip of the lily
In some hallways where love's never been
On a bed where the moon has been sweating
In a cry filled with footsteps and sand

Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take its broken waist in your hand

This waltz, this waltz, this waltz, this waltz
With its very own breath of brandy and Death
Dragging its tail in the sea

There's a concert hall in Vienna
Where your mouth had a thousand reviews
There's a bar where the boys have stopped talking
They've been sentenced to death by the blues
Ah, but who is it climbs to your picture
With a garland of freshly cut tears

Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz it's been dying for years

There's an attic where children are playing
Where I've got to lie down with you soon
In a dream of Hungarian lanterns
In the mist of some sweet afternoon
And I'll see what you've chained to your sorrow
All your sheep and your lilies of snow

Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
With its "I'll never forget you, you know!"

This waltz, this waltz, this waltz, this waltz ...

And I'll dance with you in Vienna
I'll be wearing a river's disguise
The hyacinth wild on my shoulder,
My mouth on the dew of your thighs
And I'll bury my soul in a scrapbook,
With the photographs there, and the moss

And I'll yield to the flood of your beauty
My cheap violin and my cross
And you'll carry me down on your dancing
To the pools that you lift on your wrist

Oh my love, Oh my love
Take this waltz, take this waltz
It's yours now. It's all that there is

 * * * 



Otro tema memorable de Cohen:

  

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"Las distancias tocadas por la gracia vuelven amigos a los extraños."