Mientras terminaba de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana. No, me dijo, ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce. Entonces le pregunté extrañado: ¿Y si ya no sabe quién es usted, por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas? Me sonrió, y dándome una palmadita en la mano, me dijo:
Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella.
Tuve que contener las lágrimas, y mientras salía pensé: "Esa es la clase de amor que quiero para mi vida; el verdadero amor, no se reduce a lo físico ó romántico, es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será, y de lo que ya nunca podrá ser”.
(Autor desconocido)
"Regreso a casa" - de Juan G. Cairós |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
"Las distancias tocadas por la gracia vuelven amigos a los extraños."