Mauricio Barrientos |
Mauricio Barrientos falleció, producto de una enfermedad, el miércoles 08 de Junio, a los 51 años, en Osorno, la misma tierra que lo vio nacer en 1960.
Estudió Matemáticas y Física en la Universidad Austral de Chile, y Licenciatura en Matemáticas en la Universidad Católica de Valparaíso.
Poemarios publicados: “El hombre invertido” (1985), “A través del Reflejo” (1992), “El amor a olvidar” (1998), “Órbita” (2000), “Melancolía” (2003) y “Las estrellas fijan su residencia en los arroyos” (2007).
"LAS ESTRELLAS FIJAN SU RESIDENCIA EN LOS ARROYOS"
Las estrellas
fijan su residencia
en los arroyos
que entre aguas
brotan lunas
piedras y espumas
alrededor
de una floresta silvestre
donde luciérnagas
vuelan y vuelan
en este paisaje
taciturno
fijan su residencia
en los arroyos
que entre aguas
brotan lunas
piedras y espumas
alrededor
de una floresta silvestre
donde luciérnagas
vuelan y vuelan
en este paisaje
taciturno
* Del poemario que lleva el mismo nombre, cuyo lanzamiento fue en la casa de Pablo Neruda “La Chascona”, Santiago de Chile, en Noviembre de 2007.
Como antologador destaca su trabajo: “Mandrágora” (2000), “Obras completas de Jorge Cáceres” (2002), “Alberto Rojas Jiménez viene volando” (2004), “La realidad deliberadamente” (2005), “Pedro Prado, obra poética” (2006) y “6 poetas polacos contemporáneos” (2008).
Reconocimientos: Beca Fundación Pablo Neruda 1988; la Beca Fondart 1996; Beca Creación Literaria del Fondo del Libro 1998; Pasantía de Consejo del Libro 2003; Primer Premio de Poesía Municipal de Valdivia 1989 y Premio Municipal de Viña del Mar 1991.
Fue director de la Sociedad de Escritores de Chile.
Se encontraba trabajando en la reedición de su poemario “El hombre invertido”, del que se espera un lanzamiento póstumo.
Como homenaje el poeta Raúl Zurita le dedicó estos versos:
"Qué gran pena, qué desolación
querido Mauricio
qué mala noticia nos has dado
habías salido de tantas
que llegué a creer que serías eterno
¡qué equivocación!"
* Fuente: Diario La Nación, Chile, jueves 9 de junio de 2011
http://www.lanacion.cl/fallece-poeta-chileno-mauricio-barrientos/noticias/2011-06-09/143648.html
“Los poetas nacemos cuando morimos,
pero morimos mientras amamos”
Juan G. Cairós
pero morimos mientras amamos”
Juan G. Cairós
POR QUÉ MUEREN LOS POETAS...
Reinaldo Edmundo Marchant
Los poetas mueren porque la luz dorada no asoma siempre.
Los poetas comienzan a morir mucho antes de morir. Salen a buscar los cantos de los zorzales y los zorzales han desaparecido buscando a los poetas. Entonces echan a caminar con las manos en la memoria y siempre brota la geografía de un mundo infeliz.
Los poetas mueren porque nadie quiso oír sus lamentos.
Los poetas mueren porque llevan en las pupilas a un niño que se resiste a dejar la infancia. Mientras los hombres crecen, los poetas permanecen vigilantes de bosques inocentes, donde se recrean con las aves y levantan del piso retratos de hojas parlanchinas.
Los poetas mueren porque el aire apretó sus palabras.
Los poetas comienzan a morir al sentir las pisadas humanas flotando en el vientre materno. Afloran con marcas en la piel, con el otoño hundido en la mirada y la sangre escurriendo por riberas de ríos imaginarios.
Sólo los pájaros saben por qué mueren los poetas.
Los pájaros dicen que los poetas nunca mueren. Que, a la manera de una flor, de la brizna, de un rocío, parten a divertirse en las galaxias colmadas de murmullos líricos: van al encuentro de los versos que en la tierra cruzaron ausentes por los rostros de los sabios.
Día 8 de junio del 2011, exactamente a las 12, 30, en su natal Osorno, ubicado en las ramas de un álamo, un zorzal soltó el plácido canto de sus cuerdas musicales: Mauricio Barrientos Ortega, el poeta niño, el poeta que vivió como quiso morir, fue juntando sus ojos por un instante.
Dicen que el poeta murió.
Ahora nadie encenderá la luz de los astros.
Las cigarras se lastimarán la boca en los árboles caídos.
Los poetas no mueren. Parten. Entran definitivamente a la vida.
Los poetas no mueren, porque no saben morir. Las plantaciones de olvido del universo no han podido marchitar la glorificación de versos: nunca renace más la vida que cuando un poeta se distancia con sus juegos a otra latitud.
Hay un solo problema.
Los poetas cuando mueren dejan huérfanos a otros niños que se alimentan de nostalgias y sueños. De lo demás, el mundo no tiene nada que decir. No se ocupará jamás. Por eso los poetas parten. No es el fin. Viajan a platicar con riachuelos azules.
Los poetas no abrochan en la tierra. ¡Esperan en la estrellas, impregnados de jolgorio y perpetuidad! Están donde se agita el agua, donde se abre una rosa, cuando asoma la luna o despierta la aurora. Te miran mientras piensas en él.
Dicen que el poeta murió.
Resulta que ha viajado hasta acá. A juntar frases. A sonreír. Pinta las murallas con paisajes de luz dorada, esas que le negaron, y que mientras vuela a través del cosmos, ella y él, tú y él, aseguran que los poetas no saben morir.
¡Los poetas son pan vivo!
La palabra, que es un poeta con manos de gorrión, no conoce el olvido.
¡Díganle a los niños que sólo duerme serenamente junto al lecho de sus poemas!
EN MEMORIA DE MI AMIGO POETA MAURICIO BARRIENTOS (1960-2011), fallecido el 8 de junio del 2011.
Reinaldo Edmundo Marchant |
Fuentes:
http://paginadeandresmorales.blogspot.com/2011/06/por-que-mueren-los-poetas.html
http://letras.s5.com/mb080611.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
"Las distancias tocadas por la gracia vuelven amigos a los extraños."