Salvador Dalí - Muchacha de espaldas (su hermana Ana María) |
LABERINTO
Condenada a ser sombra de tu sombra,
a soñar con tu nombre en cada madrugada.
Por la ventana abierta un olor errabundo
de vida, -¿y tú en que calle?-
un temblor en la luz,
el llanto de algún niño.
Y tus ojos cerrados,
o tus ojos abiertos como dos golondrinas,
y tu mano en el agua o tu mano en tu pelo
o tu mano en el aire con su triste blandura,
-¿y en qué calle tus pasos?-
Y yo en sueños atada al hilo de tus sueños,
condenada a ser sombra de tu sombra,
a soñar con tu nombre en cada madrugada.
"Círculo y Ceniza"
* * *
Cuánto dolor se adivina aquí. Cuánta desesperación bordada en el silencio. Es como un lanzazo en el vientre, un lanzado duro. Como diría Ulises, la realidad acaban siendo los sueños. Son los que nos permiten vivir, aunque nos duelan...
ResponderEliminarEstoy tan acostumbrada a hacer realidad mis sueños que nunca estoy dispuesta a renunciar a ellos. Como tú dices es el motor que nos impulsa hacia adelante.
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