No sé qué me sucede. Es un sonido,
un sonido de lluvia el que aparece.
Niebla, niebla.
No sé qué me sucede; como un río
la tristeza de muchas cosas muertas
aparece.
No sé qué me sucede; es un recuerdo,
un sonido de lluvia o de cortina.
En efecto,
la cortina, a mi lado, lenta oscila;
la cortina de alambres y bambúes.
Ni música de jazz se oye a lo lejos.
Da lo mismo, lo mismo.
La tristeza me mira; es un sonido,
un sonido de lluvia o de cortina.
En efecto,
la cortina, a mi lado, en la ventana,
en la ventana muerta, leve oscila.
Oscila, sí, recuerdo; es un recuerdo.
Había una gran sala abandonada,
una sala perdida entre la niebla
de pálidas cortinas como ésta,
mujeres que llevaban en el pelo
suaves flores doradas o amarillas.
Niebla, niebla.
Aquí estoy, en un bar, bebiendo vino.
No sé qué me sucede; es un recuerdo.
El recuerdo de muchas cosas muertas,
perdidas o no sidas. Niebla, niebla.
... este sonido
de lluvia o de cortina que prosigue
como un recuerdo...
Cirlot
Muy bueno.. como empieza..
ResponderEliminarVos escribis también?
Escribo cartas y algo más. Pero no tengo el don de la poesía, aunque quizás alguno que otro intento loco. Prefiero ser musa que inspira y que suspira muriendo de amor en cada verso. Prefiero ser esa musa, que "como rosa ha vivido lo que viven las rosas" de la que "sólo queda el nombre desnudo." ("Stat rosa prístina nomine, nomina nuda tenemus").
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