Cuánto se aprendió con las miradas,
nos enseñaron a amar
desde lo etéreo.
Había un muro de por medio,
y no lo vimos…
porque buceamos, volamos
y adoramos nuestros sueños.
Nada se perdió. Todo sigue dentro,
porque cuando se dice Te Todo
los vacíos se llenan y eso queda.
Hay cosas que no se olvidan,
los Te Todo
no se dicen a cualquiera…
Gracias Myriam...es un honor estar aquí en tu blog...
ResponderEliminarTe abrazo con toda el alma
Analia.-
Gracias Analía, me alegro que te gustó que te haya traído.
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